¿Cómo se obtiene El Yirat Shamayim?
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MESILAT YESHARIM
25
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DIOS ES OMNIPRESENTE
Para Ser premiado con el temor de Dios, hay que considerar y meditar en dos cosas. Según lo escrito en el Portón 1, Capítulo 16 del libro “Los Secretos del Judaísmo”, una versión Francesa de la obra hebrea “Pirkei Ha’Majshavá” del Rav Jacob Adés, existen dos hechos verdaderos que se deben considerar para alcanzar el temor del cielo o sea el “Yirat Shamayim” (el temor de Dios) concreto y duradero, eso también se conoce como el temor al pecado o “Yirat Jet”; la primera cosa es saber que la Shejiná (la Presencia Divina del Eterno) está en todo lugar en el Universo entero; y la segunda cosa es que Dios ejerce su providencia divina sobre todo en toda la creación, sobre lo pequeño y lo grande, sin importar el nivel de importancia.
En realidad, no hay nada oculto a su vista. Nada es demasiado pequeño ni demasiado grande para que Él lo vea o lo sepa, y que Él ejerza Su Divina Soberanía en ese sentido. Dios siempre está atento y siempre lo ve todo, independientemente de su nivel de importancia. Este pensamiento es muy común en la Torá, tal y como leemos a menudo: “... toda la tierra está llena de Su gloria. (Isaías 6: 3) ”. Y también: “¿Puede alguien esconderse en lugares secretos donde yo no lo pueda ver? dice el Eterno. ¿Acaso no lo lleno yo todo, tanto en el cielo como en la tierra? dice el Eterno (Jeremías 23:24) ”; “El Eterno está por encima de todas las naciones, su gloria (Su Shejiná) está por encima de los cielos.
¿Quién es semejante al Eterno nuestro Dios, que está entronizado en lo alto, que mira hacia abajo sobre el cielo y sobre la tierra? Él es quien levanta a los pobres del polvo, y levanta a los necesitados del estiércol; Para que El pueda ponerlo con los príncipes, aun con los príncipes de su pueblo (Judío).
Él es quien transforma a la mujer estéril, en una madre alegre con muchos hijos viviendo en su propia casa (Salmo 113: 4-9) "Como podemos ver, aunque el Eterno nuestro Dios es altamente exaltado, sin embargo, El toma tiempo para favorecer a los pobres y a los humildes, pero Él se aleja de los soberbios y de los altaneros, como está escrito: "... Él les presta atención a los humildes, pero al altanero lo conoce el Eterno de lejos (Salmo 138: 6)".
IMBUIDO ESPONTANEAMENTE DE TEMOR
Por lo tanto, cuando siempre estamos conscientes de que dondequiera que estemos y lo que sea que estemos haciendo, siempre estamos ante la presencia del Dios Todopoderoso, bendito sea Él, estamos espontáneamente imbuidos de temor, así no nos dejamos caer en el pecado, “¡Jas Ve’Shalom!” Y ese temor es lo que nos mantiene en la exaltada presencia y gloria del Santo Dios. Como está escrito:
“Considera el costo de una Mitzvá (un Mandamiento) contra sus recompensas, y las recompensas de una transgresión contra su costo. Considere tres cosas, y no llegará a las manos de la transgresión: sepa lo que hay más arriba de ti: un ojo que te mira de lo alto, un oído que te escucha desde Arriba y que todos tus hechos están inscritos en un libro (Pirkei Avot 2: 1) ”.
MEDITA CON FRECUENCIAS EN QUE DIOS ESTÁ PRESENTE
Este concepto, sin embargo, tan verdadero como sea, no puede tomar forma en el intelecto humano, excepto si hacemos un esfuerzo concertado para recordarlo a menudo y prestarle seriamente atención. De hecho, mientras el intelecto no lo haya experimentado físicamente, no podrá representarlo excepto mediante reflexiones profundas y que aprenda a prestar atención trabajando continuamente en el desarrollo del atributo de vigilancia en ese sentido.
E incluso después de aprender a vigilar, si no se convirtió en un hábito continuo en sí, está destinado a perderse. Debido al hecho de que, solo un ejercicio continuo similar nos ayuda a aprender a temer realmente a Dios, de la misma manera el olvido y la distracción son la mejor manera de fracasar al perderlo; Ya sea por nuestras luchas cotidianas en la vida o por nuestras acciones voluntarias. Y así, la falta de atención es la antítesis de adquirir un Yirat Shamayim permanente.
LEA LA TORÁ CON FRECUENCIAS
Esta es la razón por la que el Santo Dios, bendito sea Él, ordenó que el rey siempre debería tener el Sefer Torá (el rollo pergamino de la Biblia) en su poder en todo momento, para que pueda leerla todos los días de su vida, a fin de que pueda aprender a temer a su Dios (Deut. 17: 18-19). Por lo que vemos que el Miedo o temor a Dios se aprende al leer siempre la Torá diariamente en nuestra vida. Necesitamos enfocarnos cuidadosamente en el hecho de que la palabra empleada aquí es "Aprender" y no obtener. La Torá dice claramente, "para que pueda aprender", y no para que pueda temer. ¿Por qué será eso? Según el Rav RAMJAL, el punto clave que la Torá quiere que sepamos es que el miedo a Dios no se presenta naturalmente, no es algo que por naturaleza está presente en nosotros los seres humanos; ni tampoco es creer a ciegas en Dios, no es fe; al contrario es algo que se debe aprender a través de esfuerzos personales ininterrumpidos, el estudio continuo de las Sagradas Escrituras y el caminar en sus senderos que sólo se llegan a conocer por la lectura, el estudio y la meditación en sus palabras. Esa realidad se la reveló el Eterno a Josué después de la muerte de su siervo Moisés en libro de Josué capítulo 1:7-8:
“.. no te apartes de la Torá, ni a diestra ni a siniestra, para que prosperes en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la Torá (la ley), sino que de día y de noche tú meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque sólo así harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
También esa realidad le fue revelada a Isaías en el capítulo 59, en la que Dios le dice a Isaías que el estudiar la Torá o sea la palabra de Dios en su boca y en la boca de todos, es un Pacto eterno con todos los Judíos:
“Y este es mi Pacto con los Judíos, dijo el Eterno: Mi espíritu que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo el Eterno, desde ahora y para siempre (Isaías 59:21).”
Para lograr este objetivo, debemos ponerle mano a la obra y considerar seriamente resolverlo sin parar, por así decirlo. Debemos leer, estudiar y meditar en la Torá, al salir y al entrar, de camino y en casa, cuando nos acostamos y cuando nos levantamos. Hasta que esta gran verdad quede grabada en nuestra mente. Saber que la Presencia Divina es omnipresente y que realmente estamos siempre de pie en Su presencia continuamente. Esa es la única forma en que podremos aprender a temer a Dios, como lo muestra el Rey David en el siguiente versículo: “Enséñame, oh Eterno, a tu manera, que pueda yo así caminar en tu verdad; haz que mi corazón tema tu nombre (Salmo 86:11) ”.
Al hacer eso, podríamos alcanzar niveles espirituales muy altos en nuestro Avodat Ha’Shem (Servicio a Dios). Felices son los que se comprometen a sí mismos, a revisar este capítulo diariamente, dado que si realmente entendemos cada palabra que se usa en este capítulo 25 de Mesilat Yesharim, sin la menor duda, esto asegurará una metamorfosis en ellos para su Mayor bien. Una cosa que debemos recordarnos es que estamos bajo un mandato divino para cumplir nuestras promesas. Es mejor para nosotros no hacer ninguna promesa que no podemos cumplir, no hacer votos que no podremos cumplir, como está escrito en Eclesiastés 5: 4. (Nedarim 15). Por lo tanto, si estamos decididos a estudiar las sagradas escrituras o hacer algo ante el Santo Dios, bendito sea Él, deberíamos desarrollar el hábito de decir primero "Bli neder" en voz alta. Lo que significa que esta decisión nuestra no es un compromiso vinculante, eso es por temor a faltar a nuestro compromiso delante del Eterno, el Dios supremo.
En resumen, el capítulo 25 de Mesilat Yesharim lo expresa de esta manera: hay dos principios fundamentales, el primero es que los seres humanos se encuentran siempre delante de su Creador, imagínate que si estuvieras siempre frente al rey, ¿cómo te comportarías? El número dos, es que todo lo que hacemos o pensamos está continuamente bajo la vigilancia divina 24/7 (24 horas, 7 días por semana), ya sea que hagamos el bien o el mal. Y que seamos responsables de todo lo que hacemos mientras vivimos en la tierra, y que debemos comparecer antes el Tribunal Celestial tan pronto dejemos la tierra. Ahora, si ya somos capaces de mantener estos principios fundamentales en nuestra mente, nos evitarán el transgredir o ultrapasar los límites establecidos por nuestro Dios en su Torá.
Publicado para el éxito y el desarrollo personal de Rivka Nesia Wiwiet y su esposo Enerio Yojanán Benorinu.
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