LA VERDAD SALADA: CUATRO MITOS SOBRE LA SAL
Febrero es el mes de la salud del corazón, por lo que es un buen momento para que todas las edades recalibren sus hábitos de salud. Los consejos alimentarios se han puesto de moda y son uno de los primeros lugares a los que acudimos cuando se trata de salud cardíaca. Las tendencias abarcan una amplia variedad de alimentos cuando se trata de comer lo adecuado para su corazón, pero hay un elemento que constantemente ocupa el primer lugar en la lista: la sal.
Esto es lo que sabemos. La sal se encuentra naturalmente en muchos alimentos integrales, incluidas las frutas y verduras. Está compuesto de sodio y cloruro, pero nuestra salud dietética es más sensible al sodio y, a lo largo de los años, la sal se ha convertido en sinónimo de sodio. La sal también puede incluir otros minerales como hierro, potasio, zinc y, en algunos casos, yodo. Debido a que la sal viene en varias formas y está implicada en varios problemas de salud, es difícil saber cuál es la forma correcta de consumirla. Estos son los cuatro mitos más comunes sobre la sal.
La sal rosada del Himalaya es más beneficiosa que la sal de mesa.
En los últimos años ha habido un aumento en el uso de sal rosa sobre la sal de mesa, sin embargo, la ciencia no tiene mucha evidencia que respalde su superioridad. La sal rosada del Himalaya proviene de los campos de sal en Pakistán y sus alrededores y todavía tiene más del 97 por ciento de cloruro de sodio, lo que la iguala en sodio a su competidor. Su color rosa proviene de los minerales que se encuentran en su interior, que se cree que tienen beneficios adicionales para la salud (hierro, magnesio, potasio, calcio), sin embargo, dada la cantidad mínima que se encuentra en la sal, es muy difícil y poco probable que el consumidor se beneficie. importantes beneficios para la salud. Además, cuando se trata de sal de mesa, el yodo se agrega para el funcionamiento adecuado de la tiroides y, en muchos casos, puede ser la única fuente de yodo para el consumidor. El cambio exclusivo a la sal rosa, que no se procesa y, por lo tanto, no está yodada, puede reducir drásticamente la ingesta de yodo.
Seguir una dieta baja en sal siempre es mejor para usted.
Este es un consejo difícil de atacar porque la investigación cambia constantemente. Es cierto que se sabe que reducir la sal reduce la presión arterial en muchas personas con hipertensión y también puede reducir el riesgo de accidente cerebrovascular, pero las investigaciones emergentes muestran que una dieta baja en sodio está relacionada con riesgos cardiovasculares. Estos nuevos estudios de confusión están insinuando la posibilidad de que tal vez no sea el sodio reducido, sino un aumento en otros minerales, específicamente el potasio, que ofrecen un beneficio protector para la salud. La investigación está en constante evolución y, si bien siempre es útil contar con más información, lo mejor que se puede hacer para promover un estilo de vida saludable y una relación saludable con los alimentos es consumirlos con moderación.
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Es fácil detectar alimentos con alto contenido de sal.
Por supuesto, los alimentos salados tienen un alto contenido de sal. Solo mire el contenido de sal en el arenque, las sopas enlatadas, las especias / condimentos preenvasados y las carnes como solo algunos ejemplos. Sin embargo, los alimentos dulces también contienen sal. Las galletas, los cereales, los panes e incluso los helados contienen sal como conservante y, en algunos casos, para dar sabor. No siempre es fácil detectar los alimentos con alto contenido de sodio según el sabor, sin embargo, un vistazo a los ingredientes y la tabla de nutrición le dará una representación honesta de cuánto hay en un artículo y cómo se compara con lo que debería comer en un día. (% del valor diario).
En nuestros tiempos actuales, comemos más sal que nunca.
La invención de la refrigeración ha hecho que esto sea falso. Durante la Segunda Guerra Mundial y la revolución industrial, la sal se utilizó para conservar alimentos debido a su naturaleza antibacteriana. Esto hizo que la sal fuera mucho más común en la dieta. Además de esto, los alimentos estaban menos disponibles y, por lo tanto, la conservación a largo plazo era más importante de lo que es hoy. Los alimentos debían conservarse durante meses, ya que eran mucho más difíciles de reponer, lo que hacía imperativo utilizar grandes cantidades de sal.
Si bien la investigación está en constante evolución y los consejos dietéticos están de moda, puede ser difícil navegar por su salud a través de la nutrición. Hable con su médico, quiropráctico, naturópata o dietista para obtener los mejores consejos sobre cómo comer bien para usted y siempre tenga en cuenta, como con cualquier alimento, la moderación es la clave.
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