HASHEM RENUEVA LA OBRA DE LA CREACIÓN CONTINUAMENTE ( A CADA INSTANTE)
Por El Rav Yaakov Adés
I PRIMER PÓRTICO
CAPÍTULO 3
1. Se dice: "Bereshit Bará Elokím Et Ha'Shamayim Ve'Et Ha'Aretz - Al principio, el Eterno creó los Cielos y la Tierra ... ». Hay una serie de diferencias fundamentales entre la Creación del mundo por el Eterno y las creaciones de las que el hombre es capaz. Entre ellos hay dos diferencias:
La primera es que HaShem cuando creó el mundo lo hizo aparecer de la nada, mientras que el hombre sólo puede crear algo a partir de otra cosa ya existente, gracias a ensamblajes o composiciones.
La segunda diferencia es que una vez que el hombre ha terminado de crear algo, esa cosa ahora existe sin él. Mientras que el Eterno hace que toda la Creación exista a cada momento, como cuando la hizo aparecer por primera vez, durante la Creación del mundo. Y si le ocurriera el deseo de, Jas Ve'Shalom, destruir el mundo, no sería necesario que Él hiciera aparecer nada nuevo, le bastaría tan solo que Él dejara de mantenerlo en existencia; el autor de “Nefesh Ha'Jaim” (En el primer Pórtico, en el capítulo 3) comenta extensamente sobre esta idea.
2. En el primer Pórtico, capítulo 2, escribe que la acción del hombre no se parece a la de HaShem porque cuando le sucede al hombre que construye un edificio de madera, él mismo no crea la madera, sino que usa árboles ya existentes que él ensambla para obtener el trabajo como él lo pensó. Una vez hecho esto, el hombre puede retirarse y el edificio subsiste sin él. Mientras que con el Eterno es al revés, cuando creó los mundos, el Eterno los hizo aparecer de la nada, de acuerdo con Su poder infinito; y así los sigue manteniendo todos los días, a cada momento.
La existencia misma de cada parte del mundo, su orden y su permanencia dependen de la voluntad del Santo Dios, Bendito sea Él, de hacer reinar allí Su voluntad a cada momento, esto es lo que le da el resplandor de una nueva luz. en todo momento. Y si alguna vez le quitara el esplendor de Su brillo, aunque sea por un segundo, todos esos mundos volverían a la nada y al caos original.
En el tercer Pórtico, capítulo 11, el autor agrega que se trata de uno de los cimientos de la Emuná que todo judío debe arraigar en su corazón. Sabiendo que solo HaShem, Bendito sea Él, es soberano, que Él es el alma, la vida, en la raíz y el fundamento de todo hombre y de toda criatura, de todas las fuerzas y de todos los mundos.
3. En el tercer Pórtico, capítulo 11, el Rav de Volozin explica en otro lugar por qué el mundo fue creado bajo un mandamiento divino, como se dice en la Parashá "Bereshit" (Génesis):
Con motivo de cada creación, el Dios Santo, Bendito sea, declaró cómo debería ser, y así es exactamente como era en realidad (“VaYomer ... Va Yehi”). Porque la palabra divina constituye una realidad espiritual concreta que tiene la fuerza para producir todas las realidades del mundo. Y el Rav agrega que esta fuerza espiritual propia de la palabra divina durante la Creación continúa existiendo y nunca ha desaparecido desde la Creación del mundo.
Es incluso esta existencia en acción [de la palabra divina, Ed.] La que hace vivir y soportar todo lo que existe en el mundo, como el soplo de vida presente en todo lo que está vivo.
4. Y con respecto al verso "Y todas las criaturas juntas serán testigos de que es la boca del Señor quien habla - VeRau Kol Basar Yadau ki Pi HaShem Diber" (Isaías 40, 5), el autor de "Nefesh Ha'Chaim ”Explica que al final de los tiempos, nuestra percepción del mundo será tan brillante que tendremos el mérito de ver con nuestros ojos materiales de qué manera la palabra divina se despliega en todo para hacerlo vivir; que nos remitimos a este pasaje .
5. El Rav de Volozin agrega además que es este tipo de percepción la que nos fue dada para vivir cuando recibimos la Torá en el Monte Sinaí. Como surge de este verso de la Parashá "Yitro" (capítulo 20, verso 18): "Y todo el pueblo vio las voces". [Según el significado principal del texto, se trata de las voces que se escucharon con motivo del don de la Torá en el Monte Sinaí. Pero nuestros Sabios enseñan que la Torá tiene muchas facetas, y que cada verso revelado en el Sinaí lo fue con una gran cantidad de comentarios, ya sea de acuerdo con su significado obvio (Peshat) o alegórico (Remez), su significado apologético (Drash) u oculto (Sod). Aquí está una de las explicaciones dadas de este versículo según su significado oculto (Sod).
"Y todo el pueblo vio las voces": estos son los sonidos de la palabra divina durante la Creación del mundo. Con el don de la Torá, los hijos de Israel tuvieron el mérito de ver concretamente esta voz que constituye el alma creadora de toda la Creación. Nos referiremos a nuestro comentario sobre este versículo en el capítulo que trata sobre el don de la Torá en el Monte Sinaí.
6. Conocer esta enseñanza proporciona un poder que es tan grande que permite que alguien se sienta permanentemente cerca de HaShem. Gracias a esta conciencia y a la reflexión a la que conduce, se le da a cualquiera el poder de percibir la mano de HaShem y su resplandor de cada momento en todo lo que nos rodea. Pero conviene recordar que no basta con conocer esta enseñanza una sola vez. Mientras que, a la inversa, cuanto más la repetimos para embebernos, mayor será el beneficio que obtendremos de ella, porque cuanto más nos sentiremos cerca de HaShem.
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