PÓRTICO I
CAPÍTULO 7
RECOMPENSA Y CASTIGO
1 En las escrituras de Pirkei Avot, podemos leer que Un sólo momento en el Mundo Futuro (Olam Ha'Ba) es mucho mejor que cualquier existencia de este mundo. Eso implicaba que si juntamos todos los beneficios de este mundo que todos los seres humanos probablemente experimentarán desde los días de la creación del mundo hasta su extinción, no valdría ni un sólo momento del deleite del alma en el mundo futuro.
2 Por lo contrario, está escrito en los libros sagrados que incluso los setenta años de sufrimiento que vivió Job en este mundo no pueden compararse con un solo momento de dolor que el alma debe soportar en el Gehinóm.
3 Vemos así en que los placeres y los sufrimientos que se pueden conocer en el mundo venidero son mucho más intenso que los que se experimentan aquí en este mundo. [Una parte del análisis siguiente fue extraído de la obra del Rambán llamada "Torat Ha'Adam, en el Pórtico Shaar Ha'Guemul”]. Y aunque disfrutemos y sufrimos en este mundo, aún hay que saber si esas cosas afectan a nuestra alma o solo a nuestro cuerpo. Porque es imposible que sólo el cuerpo sea el que disfrute o sufra. Y con razón: un cadáver, es decir un cuerpo sin alma, no siente nada y no sufre como lo entendemos en el sentido habitual. Sin embargo, como los placeres asociados con la comida o el sufrimiento que siente el cuerpo cuando es golpeado, es imposible decir que sólo el alma disfruta o sufre. Por lo tanto, estamos obligados a reconocer que aunque el gozo y el sufrimiento afecten esencialmente al alma, porque esta última está envuelta en un cuerpo, estos placeres y dolores también se expresan en forma física.
4. Ahora, en el mundo futuro, los placeres son de una naturaleza completamente diferente. Conciernen solo el alma y ya no pasan por el cuerpo. Lo mismo ocurre con el sufrimiento en el mundo futuro: afecta inmediatamente al alma. Y es precisamente porque estas sensaciones serán entonces más directas que también serán más intensas.
5. Podrías comparar esto con un hombre que desobedeció a un rey de carne y hueso. Para castigarlo, el soberano ordena que se golpee a ese hombre. Pero le da la opción de elegir que el Condenado puede recibir cinco golpes de martillo en su mano desnuda o en vez recibir cincuenta después de envolver su mano con varios paños gruesos. Y así como no hay duda de que uno preferirá recibir cincuenta golpes de martillo, así nos pasa. En su libro "Torat Ha'Adam", en el Pórtico "Shaar Ha'Guemul" (Al comienzo del Capítulo 6 y el capítulo 7), el Rambán explica que no es en este mundo solamente que el fuego consume los cuerpos. En el mundo futuro, también existe una realidad espiritual llamada "Fuego" (Esh). Es la Realidad detrás del origen del fuego concreto que conocemos aquí en este mundo. La naturaleza del fuego espiritual es para consumir las almas; pero no se vayan a creer que las llamas del Guehinóm se pueden comparar al fuego que conocemos aquí en este mundo.
7. Por otro lado, aparte del contraste entre la retribución del Gan Edén y los placeres de este mundo, existe otra diferencia en la naturaleza: el hecho de que los beneficios del mundo futuro sean eternos. De hecho, como enseña el Ramjal, sería incorrecto creer que la recompensa en el mundo futuro tiene algo de similar con lo que uno le paga a su prójimo por un servicio, un trabajo o por la compra de algo. Aquí en este mundo tan pronto acabamos de pagar nuestra deuda ya cumplimos. Mientras que en el mundo futuro, El salario que se recibe no sólo es incomparablemente superior a las Mitzvot que se ha hecho; sino que es algo que nunca termina; es algo permanente, inagotable. Mejor aún, la retribución eternamente aumenta y se intensifica, ya que en virtud de la prodigiosa recompensa espiritual que se recibe, el hombre mejora aún más, volviéndose cada vez más apto para recibir una nueva retribución.
8. Ciertamente el nivel más alto es realizar las Mitzvot y alejarse de la culpa por la fuerza del amor que le tenemos a HaShem, y en virtud del temor que nos inspira por Su magnificencia, y no tan solo porque uno le tenga miedo al castigo. Sin embargo, el hombre debe, no obstante, temer las sanciones y tener un conocimiento claro de los beneficios que acompañan el respeto y el cumplimiento de las Mitzvot, porque estas son dos claves esenciales para protegerse de las seducciones del Yetzer Hará. No debemos olvidarlo nunca: Al huir de la realización de las Mitzvot o al actuar mal, el Hombre tiene todo que perder, porque cualquier éxito que nos ofrece este mundo, no existe. Esto no es nada en comparación con la más modesta recompensa que nos espera en el mundo venidero.
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