El Aniversario de la Creación

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DEVARÍM - PARASHÁ


Esta Parashá Fue Preparada Por ABA - EYBO
Deuteronomio 1:1 - 3:22

 En aquel tiempo yo los traeré, en aquel tiempo los reuniré yo; pues los pondré por fama y por alabanza entre todas las Naciones de la tierra, cuando levante su cautiverio delante de sus propios ojos, dice  el Eterno (Sofonía 3:20).



CONTENIDO DE LA PARASHÁ

1) Moisés comienza su discurso final, explicándoles a la nueva generación toda la historia
2) Recuerdo de los espías rebeldes
3) Recuerdo de la rebeldía y la soberbia
4) Israel es recordado que es hijo del Eterno
5) Las primeras conquistas, derrota de los gigantes,
6) Repartimientos del territorio conquistado
7) El Eterno clarifica que ofrendas y sacrificios sin arrepentimientos no valen nada
8) Los que quieren oir y obedecer comerán del bien de la tierra
9) Los que no quieren oir y se hacen rebeldes serán destruidos por la espada

LECTURA PARA DEVARÍM

13 de Agosto 2016 – 9 de Av 5776

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RESUMEN DE LA PARASHÁT DEVARÍM


El nombre Devarím viene de las primeras palabras de esta Parashá que en hebreo comienza así: “Éle Ha-Davarím” que significa: ‘estas son las palabras’.  Después de haber destruido a los amorreos y a sus reyes y conquistado sus territorios al este del Jordán, se le facilitó a Moisés para poder amonestar al pueblo, ya que después de las derrotas de esos primeros enemigos, esos temerosos amorreos entre los cuales hasta había gigantes, tal como Og quien había sobrevivido el diluvio de Noé, y luego también fue el único sobreviviente de la guerra mencionada en Génesis 14. Esas primeras derrotas por los Israelitas sirvieron para fortalecer al pueblo de que no tenían nada de qué temer; ya que el Eterno era el que peleaba por ellos, entregándoles fácilmente a sus enemigos para que ellos los puedan derrotar.


Antes de empezar el discurso de la Torá, Moisés recorrió en detalles los elementos del episodio que causó su propia exclusión de subir hacia la Tierra prometida. Él usó ese preámbulo para que comprendieran por qué era necesario de que él los amonestara en este momento preciso; ya que él no estará con ellos para la conquista de la tierra de Israel. Moisés les informó al pueblo como sus primos moabitas y amonitas descendientes de Lot habían merecido vivir en el territorio que les tocó a ellos, ya que también esos primos suyos habían tenido que derrotar a su vez a los gigantes que habitan su territorio antes de ellos; por lo tanto, el Eterno no le permitió a Israel molestar a los moabitas y a los amonitas, tampoco les permitió meterse con los descendiente de Esaú, los edomitas.


De la anécdota de Moisés al explicarles el territorio conquistado y su repartimiento entre los descendientes las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, aprendemos que al menos cuatro naciones habían luchado para conquistar ese territorio antes, el cual incluía todo el área desde los altos del Golán, Guilad, hasta el Monte Jermón. Los Sidonios llamaban a Jermón, Sirión; los amorreos lo llamaban, Senir.  El monte Jermón es el lugar de varias leyendas, incluyendo la de los ángeles que habían decidido establecerse en la tierra. Hoy el Monte Jermón está localizado del lado Israelí de la frontera con Siria y el Líbano.


Finalmente la porción del Profeta Isaías que se usa como Haftará esta semana, nos da la receta para disfrutar de la tierra heredada. Si obedecemos comeremos los deliciosos frutos de la tierra, si no queremos oir las instrucciones de la Torá para comer el bien de la tierra, moriremos consumidos por la espada de la guerra en nuestra rebeldía. Pero aquellos que se arrepienten y vuelven a su D.ios, verán la restauración de la promesa. Y verán la restitución de los jueces Judíos como al principio, y a los consejeros como antes del exilio. Y la ciudad de Jerusalem será llamada Ciudad de justicia, Ciudad fiel. Nuestra Sión será rescatada con justicia, y los judíos arrepentidos de todo el mundo serán redimidos con rectitud. Sin embargo los que abandonaron al Eterno y su instrucción no queriendo volver a D.ios y a su Torá serán destruidos. 



BENDICIONES PARA ANTES DE LEER LA TORÁ

En la Lectura tradicional de la Torá en cada Shabat (los sábados), la Parashá se divide en siete Aliás, o mejor dicho aliot en plural. En el texto masorético de la Tanakh (la Biblia hebrea), la Parashat Devarím no tiene divisiones de "porción abierta" (petujá) (aproximadamente equivalente a párrafos, a menudo abreviados con la letra hebrea ”P” (Pé)), y por lo tanto puede ser considerado una unidad completa. La Parashá de Devarím tiene cinco subdivisiones, llamadas "porciones cerradas" (Setumá) (abreviado con la letra hebrea ”S” (Samej). La primera parte cerrada abarca las primeras cuatro Aliás (Aliot), la quinta Aliá contiene las siguientes tres partes cerradas y la parte cerrada final abarca las Aliás sexta y séptima. 

דְּבָרִים

LECTURA DE LA TORÁ


DEUTERONOMIO CAPÍTULO 1:1-46


Primera Aliá - Deuteronomio 1: 1-10

La primera Aliá cuenta cómo, en el año 40 después del Éxodo de Egipto, Moisés se dirigió a los israelitas en el lado este del río Jordán, empezando su discurso relatando las instrucciones que Dios les había dado. Cuando los israelitas estaban en Horeb, el monte Sinaí, Dios les dijo que habían pasado ya suficiente tiempo en esa montaña, y que era ya tenían que dirigirse a la región montañosa de Canaán para tomar posesión de la tierra que Dios juró darle a sus padres, Abraham, Isaac y Jacob, y a sus herederos después de ellos.

Entonces Moisés les dijo a los israelitas que él no podía soportar el peso de sus riñas por sí solo, y así les había ordenado que eligieran líderes de cada tribu que fueran sabios, perspicaces y experimentados. La primera Aliá termina con Deuteronomio 1:10.

LA LECTURA

Éle ha-Devarim - Estas son las palabras que habló Moisés á todo Israel de esta parte del Jordán en el desierto, en el llano delante del mar Bermejo, entre Parán, y Thopel, y Labán, y Haseroth, y Dizahab. Once jornadas hay desde Jorev, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea. Y fué, que á los cuarenta años, en el mes undécimo, al primero del mes, Moisés habló á los hijos de Israel conforme á todas las cosas que el Eterno le había mandado acerca de ellos; Después que hirió á Sehón rey de los Amorreos, que habitaba en Heshbón, y á Og rey de Bashán, que habitaba en Astarot en Edrei: De esta parte del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo:


el Eterno nuestro Dios nos habló en Jorev, diciendo: Basta ya, han estado en este monte lo suficiente; Vuélvanse, partan y vayanse al monte del Amorreo, y á todas sus comarcas, en el llano, en el monte, y en los valles, y al mediodía, y á la costa del mar, á la tierra del Cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates. Miren, yo les he dado la tierra en su presencia; entren y posean la tierra que el Eterno juró a sus padres; a Abraham, a Isaac, y a Jacob, que les daría a ellos y á su simiente después de ellos.


Y yo les hablé entonces, diciendo: Yo no puedo llevarlos solo: el Eterno su Dios los ha multiplicado, y he aquí ustedes son hoy como las estrellas del cielo en multitud.



Segunda Aliá - Deuteronomio 1: 11-21 

En la segunda Aliá, Moisés nombró a los líderes como jefes de miles, jefes de cientos, jefes de cincuenta y jefes de decenas. Moisés encargó a los magistrados que oyeran y resolvieran las disputas con justicia, tratando por igual a los israelitas y a los extranjeros, a los humildes y a los más altos en la sociedad. Moisés les indicó que le llevaran cualquier asunto que fuera demasiado difícil de resolver. Los israelitas partieron de Horev a Cadesh-Barnea, y Moisés les dijo que Dios había puesto la tierra a su disposición y que no debían temer, sino tomar la tierra. La segunda Aliá termina aquí.

LA LECTURA

¡El Eterno Dios de sus padres añada sobre ustedes, como ya son aún mil veces más, y los bendiga, como les ha prometido! ¿Cómo llevaré yo solo sus molestias, sus cargas, y sus pleitos? Denme de entre ustedes, de sus tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por sus jefes.


Y me respondieron, y me dijeron: Bueno es hacer lo que has dicho. Y tomé a los principales de sus tribus, a varones sabios y expertos, y los puse por jefes sobre ustedes, jefes de millares, y jefes de cientos, y jefes de cincuenta, y cabos de diez, y gobernadores á sus tribus. Y entonces mandé á sus jueces, diciendo: Oigan entre sus hermanos, y juzguen justamente entre el hombre y su hermano, y el que le es extranjero. No le tengan más respeto a nadie en materia de juicio: tratarán así al pequeño como al grande, los oirán a todos, no le temerán a ninguno, porque el juicio es de Dios: y la causa que les fuere difícil, me la traerán a mí, y yo la oiré. Los mandé, pues, en aquel tiempo todo lo que habían de hacer. Y salimos de Jorev, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que han visto, por el camino del monte del Amorreo, como el Eterno nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cadesh-Barnea. Entonces les dije: han Llegado al monte del Amorreo, el cual el Eterno nuestro Dios nos da. 


Mira, el Eterno tu Dios te ha dado delante de ti la tierra: sube y posée la, como el Eterno el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes. 



Tercera Aliá - Deuteronomio 1: 22–38 

En la tercera Aliá, los israelitas le habían pedido a Moisés que enviara hombres por delante para explorar la tierra, y él aprobó el plan, seleccionando a 12 hombres, uno de cada tribu. Los exploradores llegaron al wadi Eshcol, recuperaron parte del fruto de la tierra e informaron que era una buena tierra. Pero los israelitas desobedecieron el mandato de Dios y se negaron a ir a la tierra, en lugar de eso, se enfurruñaron en sus tiendas por los informes de personas más fuertes y más altas que ellos y grandes ciudades con muros altísimos. Moisés les dijo que no temieran, ya que Dios iría delante de ellos y pelearía por ellos, tal como lo hizo Dios en Egipto y el desierto. Cuando Dios escuchó la queja de los israelitas, Dios se enojó y juró que ninguno de los hombres de esa generación perversa vería la buena tierra que Dios juró a sus padres, excepto Caleb, a quien Dios daría la tierra en la que puso el pie, porque permaneció fiel a Dios. Moisés se quejó de que a causa del pueblo, Dios también estaba indignado con Moisés y le dijo que él tampoco entraría en la tierra. Dios ordenó que Josué, asistente de Moisés, entrara en la tierra y la asignara a Israel. La tercera Aliá termina aquí.

LA LECTURA

Y llegaron a mí todos ustedes, y dijeron: Enviemos varones delante de nosotros, que nos reconozcan la tierra y nos traigan de vuelta razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar. Y el dicho me pareció bien: y tomé doce varones de ustedes, un varón por cada tribu: 


Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta la arroyada de Eshcol, y reconocieron la tierra. Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y ellos nos dieron cuenta, y nos dijeron: Es buena la tierra que el Eterno nuestro Dios nos da. Empero no quisieron subir, antes fueron rebeldes al dicho del Eterno su Dios; Y murmuraron en sus tiendas, diciendo:  Porque el Eterno nos aborrecía, nos ha sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en mano del Amorreo para destruirnos.


¿A dónde subimos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y muradas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de los gigantes. Entonces les dije: No teman, ni tengan miedo de ellos. El Eterno su Dios, el cual va delante de ustedes, Él peleará por ustedes, conforme á todas las cosas que hizo por ustedes en Egipto delante de sus ojos;


Y en el desierto has visto que el Eterno tu Dios te ha traído, como trae el hombre á su hijo, por todo el camino que han andado, hasta que han venido a este lugar. Y aun con esto no creyeron en el Eterno su Dios, El cual iba delante de ustedes por el camino, para que sepan el lugar donde habían de asentar el campo, con fuego de noche para mostrarles el camino por donde anduvieran, y con nube de día. 


Y oyó el Eterno la voz de sus palabras, y se enojó, y juró diciendo: No verá hombre alguno de estos de esta mala generación, la buena tierra que le juré que había de dársela á sus padres, Excepto Caleb hijo de Yefuné: él la verá, y á él le daré la tierra que pisó, y á sus hijos; porque cumplió en pos de el Eterno. Y también contra mí se airó el Eterno por ustedes, diciendo: Tampoco tú entrarás allá: Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá: anímalo; porque él la hará heredar á Israel.



Cuarta Aliá - Deuteronomio 1: 39–2: 1

En la cuarta Aliá, Dios siguió diciendo que los pequeños, a quienes los israelitas dijeron que serían llevados, también entrarían y poseerían la tierra. Los israelitas respondieron que ahora subirían y lucharían, tal como Dios les ordenó, pero Dios le dijo a Moisés que les advirtiera que no lo hicieran, ya que Dios no viajaría en medio de ellos y serían derrotados por sus enemigos. Moisés les dijo, pero ellos no escucharon, sino que desobedecieron el mandato de Dios y marcharon voluntariamente hacia la región montañosa. Entonces los amorreos que vivían en esas colinas salieron como muchas abejas y aplastaron a los israelitas en Horma en Seir. Los israelitas permanecieron en Cadesh durante mucho tiempo, regresaron al desierto por el camino del Mar de Juncos y luego bordearon la región montañosa de Seir durante mucho tiempo. La cuarta Aliá termina aquí, con el final de la primera parte cerrada (Setumá).

LA LECTURA

Y sus chiquitos, de los cuales dijeron serán por presa, y sus hijos que no saben hoy bueno ni malo, ellos entrarán allá, y á ellos se la daré, y ellos la heredarán. Y ustedes vuelvan, y vayanse al desierto camino del mar Bermejo. Entonces respondieron y me dijeron: hemos Pecado contra el Eterno; nosotros subiremos y pelearemos, conforme á todo lo que el Eterno nuestro Dios nos ha mandado. Y se armaron cada uno de sus armas de guerra, y se apercibieron para subir al monte.


Y el Eterno me dijo: Diles: No suban, ni peleen, pues Yo no estoy entre ustedes; para que no caigan heridos delante de sus enemigos. Y les hablé, y no dieron oído; antes fueron rebeldes al dicho del Eterno, y persistiendo con altivez, subieron al monte. Y salió el Amorreo, que habitaba en aquel monte, á su encuentro, y los persiguieron, como hacen las avispas, y los derrotaron en Seir, persiguiéndolos hasta Horma. Y volvieron, y lloraron delante del Eterno; pero el Eterno no escuchó su voz, ni les prestó oído. Y estuvieron en Cadesh por muchos días, como en los días que han estado.



Y Volvimos, y nos fuimos al desierto camino del mar Bermejo, como el Eterno me había dicho; y rodeamos el monte de Seir por muchos días.




Quinta Aliá - Deuteronomio 2: 2–30

En la quinta Aliá, Dios luego le dijo a Moisés que ya habían estado dándole vuelta a esa región montañosa por demasiado tiempo y que ya tenía que girar hacia el norte. Dios instruyó que el pueblo pasaría por el territorio de sus parientes, los descendientes de Esaú en Seir, y que los israelitas debían tener mucho cuidado de no provocarlos y comprar la comida y el agua que quisieran comer y beber, porque Dios no les daría a los israelitas nada de su tierra. Entonces los israelitas se alejaron de los descendientes de Esaú y se marcharon en dirección al desierto de Moav. La segunda porción cerrada (Setumá) termina a la mitad de Deuteronomio 2: 8.

Dios le dijo a Moisés que no hostigara ni provocara a los moabitas, porque Dios no les daría a los israelitas nada de su tierra, habiéndola asignado como posesión a los descendientes de Lot. Los israelitas pasaron 38 años viajando desde Cadesh-Barnea hasta que cruzaron el wadi Zered, y toda la generación de guerreros pereció del campamento, como Dios se lo había jurado. Deuteronomio 2:16 concluye la tercera porción cerrada (Setumá).

Entonces Dios le dijo a Moisés que los israelitas pasarían cerca de los amonitas, pero que los israelitas no debían hostigarlos ni iniciar una pelea con ellos, porque Dios no les daría a los israelitas ninguna parte de la tierra de los amonitas, habiéndola asignado como posesión a ellos. los descendientes de Lot.

Dios ordenó a los israelitas que cruzaran el wadi Arnón, atacaran a Sehón el amorreo, rey de Hesbón, y comenzaran a ocupar su tierra. Moisés envió mensajeros al rey Sehón con una oferta de paz, pidiendo paso por su país, prometiendo seguir estrictamente la carretera, sin girar ni a la derecha ni a la izquierda, y ofreciendo comprar la comida y el agua que comerían y beberían. Pero el rey Sehón se negó a dejar pasar a los israelitas, porque Dios había endurecido su voluntad y endurecido su corazón para entregarlo a los israelitas. La quinta Aliá termina aquí, con el final de la cuarta parte cerrada (Setumá).

LA LECTURA

Y el Eterno me habló, diciendo: Basta ya, ustedes ya han rodeado este monte lo suficiente; vuélvanse al aquilón. Y manda al pueblo, diciendo: Pasando ustedes por el término de sus hermanos los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de ustedes; mas guardense ustedes mucho: No se metan con ellos; que no les daré de su tierra ni aun la holladura de la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir. 


Comprarán de ellos por dinero las viandas, y comerán; y también comprarán de ellos el agua, y beberán: Pues el Eterno tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos: él sabe que andas por este gran desierto: estos cuarenta años el Eterno tu Dios estuvo contigo; y ninguna cosa te ha faltado.


Y pasamos por el lado nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino de la llanura de Elat y de Etziongueber. 


Y volvimos, y pasamos camino del desierto de Moav. Y el Eterno me dijo: No molestes á Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, que no te daré posesión de su tierra; porque yo he dado á Ar por heredad á los hijos de Lot. (Los Emimeos habitaron en ella antes, pueblo grande, y numeroso,  alto y tan numeroso, tan alto como gigantes: De hecho, ellos eran considerados como los gigantes , como los Anakeos (Anakim); y los Moabitas los llamaban Emimeos (Emimim).


Y en Seir habitaron antes los Horeos, á los cuales echaron los hijos de Esaú; y los destruyeron de delante de sí, y moraron en lugar de ellos; como hizo Israel en la tierra de su posesión que les dió el Eterno.)


Levántense ahora, y pasen el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered. Y los días que anduvimos de Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo de Zered, fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campo, como el Eterno les había jurado. Y también la mano de el Eterno estuvo sobre ellos para destruirlos de en medio del campo, hasta acabarlos. Y aconteció que cuando se hubieron acabado de morir todos los hombres de guerra de entre el pueblo, el Eterno me habló, diciendo: Tú pasarás hoy el término de Moab, á Ar, Y te acercarás delante de los hijos de Ammón: no los molestes, ni te metas con ellos; porque no te voy a dar posesión de la tierra de los hijos de Ammón; que á los hijos de Lot la he dado por heredad.


(Esta tierra también era considerada como tierra de gigantes: Ya que en ella habitaron gigantes en otro tiempo, á los cuales los Amonitas (Benei Amon) llamaban Zomzomeos (Zomzumim); Ellos eran un pueblo grande, y numeroso, y tan alto como los Anakeos; á los cuales el Eterno destruyó de delante de los Amonitas, quienes les sucedieron, y habitaron en su lugar: Tal y como hizo con los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, de delante de los cuales destruyó á los Horeos; y ellos les sucedieron, y habitaron en su lugar hasta hoy. 


Y á los Heveos que habitaban en Haserin hasta Gaza, los Caftoreos (Kaftorim) que salieron de Caftor los destruyeron, y habitaron en su lugar.)


Levántense, partan, y pasen el arroyo de Arnón: he aquí he dado en tu mano á Sehón rey de Heshbón, al Amorreo, y á su tierra: comienza á tomar posesión, y empéñate con él en guerra. Hoy comenzaré á poner tu miedo y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán, y se han de angustiar delante de ti. Y yo envié mensajeros desde el desierto de Cademot á Sehón rey de Heshbón*, con palabras de paz, diciendo: Pasaré por tu tierra por el camino: por el camino iré, sin apartarme á diestra ni á siniestra: La comida me venderás por dinero y comeré: el agua también me darás por dinero, y beberé: solamente pasaré á pie; Como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir, y los Moabitas que habitaban en Ar; hasta que pase el Jordán á la tierra que nos da el Eterno nuestro Dios. Mas Sehón rey de Heshbón no quiso que pasáramos por el territorio suyo; porque el Eterno tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como hoy.




Sexta Aliá - Deuteronomio 2: 31–3: 14 

Sexta Aliá - Deuteronomio 2: 31–3: 14 En la sexta Aliá, Sehón y sus hombres salieron al campo contra los israelitas en Jahaz, pero Dios lo entregó a los israelitas, y los israelitas lo derrotaron, capturaron y condenaron todas sus ciudades, sin dejar sobreviviente, reteniendo como botín sólo el ganado y el botín. Desde Aroer, al borde del valle de Arnón, hasta Galaad, ninguna ciudad era demasiado poderosa para los israelitas; Dios les entregó todo.

Distribuciones para las tribus de Israel, con las de Rubén, Gad y Manashé al este del río Jordán.

Los israelitas subieron por el camino a Bashán, y el rey Og de Bashán y sus hombres salieron al campo contra ellos en Edrei, pero Dios le dijo a Moisés que no le temiera, ya que Dios entregaría a Og, a sus hombres y a su país en manos de los israelitas. Y que lo iban a conquistar como habían conquistado a Sehón. Así que Dios entregó al rey Og de Bashán, a sus hombres y sus 60 ciudades en manos de los israelitas, y no dejaron ningún sobreviviente. Og era tan grande que su cama de hierro tenía nueve codos de largo y cuatro codos de ancho. Moisés asignó tierras a los rubenitas, gaditas y la media tribu de Manasés. La sexta Aliá termina con Deuteronomio 3:14. 

LA LECTURA  

Y me dijo el Eterno: He aquí yo he comenzado á dar delante de ti á Sehón y á su tierra; comienza á tomar posesión, para que heredes su tierra. Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jaas. Mas el Eterno nuestro Dios lo entregó delante de nosotros; y herimos á él y á sus hijos, y á todo su pueblo. Y tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, y mujeres, y niños; no dejamos ninguno: Solamente tomamos para nosotros las bestias, y los despojos de las ciudades que habíamos tomado. Desde Aroer, que está junto á la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en el arroyo, hasta Galaad (Guilad), no hubo ciudad que escapara de nosotros: todas las entregó el Eterno nuestro Dios en nuestro poder. Solamente á la tierra de los hijos de Ammón no llegaste, ni á todo lo que está á la orilla del arroyo de Jaboc ni á las ciudades del monte, ni á lugar alguno que el Eterno nuestro Dios había prohibido.


DEUTERONOMIO CAPÍTULO 3:1-22


Y Volvimos, y subimos camino de Bashán, y nos salió al encuentro Og rey de Bashán para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei. Y me dijo el Eterno: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado á él y á todo su pueblo, y su tierra: y harás con él como hiciste con Sehón rey Amorreo, que habitaba en Heshbón. Y el Eterno nuestro Dios entregó también en nuestra mano á Og rey de Bashán, y á todo su pueblo, al cual herimos hasta no quedar de él ninguno. Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomáramos: sesenta ciudades, toda la Región de Argob, del reino de Og en Bashán. Todas éstas eran ciudades fortalecidas con alto muro, con puertas y barras; sin muchas otras ciudades sin muro.


Y las destruimos, como hicimos á Sehón rey de Heshbón, destruyendo en toda ciudad hombres, mujeres, y niños. Y tomamos para nosotros todas las bestias, y los despojos de las ciudades. También tomamos en aquel tiempo de mano de dos reyes Amorreos que estaban de esta parte del Jordán, la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Jermón: (Los Sidonios llaman á Jermón Sirión; y los Amorreos, Senir:) Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad (Guilad), y todo Bashán hasta Salchâ y Edrei, ciudades del reino de Og en Bashán. 


Porque sólo Og rey de Bashán había quedado de los gigantes que quedaron. He aquí su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabbath de los hijos de Amón?; la longitud de ella  es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, al codo de un hombre. Y esta tierra que heredamos entonces desde Aroer, que está al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad (Guilad) con sus ciudades, se la dí á los Rubenitas y á los Gaditas: Y el resto de Galaad, y todo Bashán, del reino de Og, se lo dí a la media tribu de Manasés; toda la tierra de Argob, todo Bashán, la cual se llamaba tierra de los gigantes.


Jair hijo de Manashé tomó toda la tierra de Argob hasta el término de Gessuri y Machâti; y la llamó por su nombre Bashán-havot-jair, hasta hoy.


Séptima Aliá - Deuteronomio 3: 15-22

En la séptima Aliá, Moisés definió los límites del asentamiento al este del Jordán, y acusó a los Rubenitas, los Gaditas y la media tribu de Manasés de que, aunque ya habían recibido su tierra, necesitaban para servir como tropas de choque a la cabeza de sus parientes israelitas, dejando solo a sus esposas, hijos y ganado en las ciudades que Moisés les había asignado hasta que Dios les hubiera otorgado a los israelitas su tierra al oeste del Jordán.

Moisés ordenó a Josué que no le temiera a los reinos al oeste del Jordán, porque Dios pelearía por él y haría con todos esos reinos tal como Dios había hecho con Sehón y Og. La Aliá de maftir concluye la parashá con Deuteronomio 3: 20-22, y Deuteronomio 3:22 concluye la quinta porción cerrada (Setumá).

LA LECTURA

Y a Mac'hîr le dí a Galaad (Guilad). Y á los Rubenitas y a los Gaditas les dí desde el territorio de Galaad (Guilad) hasta el arroyo de Arnón, el medio del arroyo por término; hasta el arroyo de Jaboc, término de los hijos de Ammón: Asimismo la campiña, y el Jordán, y el término, desde el Kineret hasta el mar del llano, el Mar Salado (Mar muerto), las vertientes abajo del Pisga al oriente. Y les mandé entonces, diciendo: el Eterno su Dios les ha dado esta tierra para que la posean: Pues pasarán armados delante de sus hermanos los hijos de Israel todos los valientes. Solamente sus mujeres, sus niños, y sus ganados, (yo sé que tienen mucho ganado,) quedarán en sus ciudades que yo les he dado, hasta que el Eterno les dé reposo á sus hermanos, así como á ustedes, y hereden también ellos la tierra que el Eterno su Dios les da á la otra parte del Jordán: entonces se volverán ustedes, cada uno a su heredad que yo les he dado. Mandé también á Josué entonces, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que el Eterno su Dios ha hecho á aquellos dos reyes: así hará el Eterno á todos los reinos á los cuales pasarás tú. No les teman; que el Eterno su Dios, él es el que pelea por ustedes.



MAFTIR

DEVARIM 3:21-22


Mandé también á Josué entonces, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que el Eterno su Dios ha hecho á aquellos dos reyes: así hará el Eterno á todos los reinos á los cuales pasarás tú. No les teman; que el Eterno su Dios, él es el que pelea por ustedes.


BENDICIONES PARA DESPUÉS DE LEER LA TORÁ

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LA HAFTARAT DEVARIM

ISAÍAS 1:1-1:27

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BENDICIÓN PARA LA HAFTARÁ

Antes de leer la Haftará también, el lector o el estudiante ha de decir esta bendición:


LECTURA DE LA HAFTARÁ

HAFTARAT DEVARIM - ISAÍAS 1:1-1:27


Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vió sobre Judá y Jerusalem, en días de Uzzías, Jotham, Achâz y Ezechîas, reyes de Judá. Oigan, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla el Eterno: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce á su dueño, y el asno el pesebre de su señor: Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento.


¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron al Eterno, provocaron á ira al Santo de Israel, se tornáron atrás. ¿Para qué han de ser castigados aún? todavía se rebelarán. Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa ilesa, sino herida, hinchazón y podrida llaga: no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. Su tierra está destruida, sus ciudades puestas á fuego, su tierra delante de ustedes comida de extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.


Y queda la hija de Sión como choza en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. Si el Eterno de los ejércitos no hubiera hecho que nos quedaran muy cortos residuos, como Sodoma hubiéramos sido, y semejantes á Gomorra. Príncipes de Sodoma, oigan la palabra del Eterno; escuchen la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.


¿Para qué me sirven, dice el Eterno, la multitud de sus sacrificios? Harto ya estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gruesos: no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.


¿Quién demandó esto de sus manos, cuando vinieran a presentarse delante de mí, para hollar mis atrios? No me traigan más vano presente: el perfume me es abominación: los sacrificios de la luna nueva y de Shabat, el convocar asambleas, no las puedo aguantar: Sus solemnidades son iniquidad. Sus lunas nuevas y sus solemnidades mi alma las tiene por aborrecidas: me son gravosas; cansado estoy de llevarlas.


Cuando extendieren sus manos, yo esconderé de ustedes mis ojos: asimismo cuando multiplicaren la oración, yo no oiré: llenas están de sangre sus manos. Lavense, limpiense; quiten la iniquidad de sus obras de ante mis ojos; dejen de hacer lo malo: Aprendan a hacer bien: busquen juicio, restituyan al agraviado, oigan en derecho al huérfano, amparen a la viuda. 


Vengan ya, dice el Eterno, y estemos á cuenta: si sus pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.


Si quisieren y oyeren, comerán el bien de la tierra: Si no quisieren y fueren rebeldes, serán consumidos a espada: porque la boca de el Eterno lo ha dicho. ¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de juicio, en ella habitó equidad; mas ahora, homicidas. Tu plata se ha tornado escorias, tu vino mezclado está con agua. Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones: todos aman las dádivas, y van tras las recompensas: no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda. Por tanto, dice el Señor el Eterno de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios: Y volveré mi mano sobre ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré todo tu estaño: 


Y restituiré tus jueces como al principio, y tus consejeros como de primero: entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel. Sión con juicio será rescatada, y los Judíos arrepentidos de ella serán redimidos con rectitud. 


BENDICIÓN PARA DESPUÉS DE LA HAFTARÁ

-

Después de leer la Haftará, el lector o estudiante de la Haftará debe recitar la siguiente bendición:



PONTE DE LUTO CON JERUSALEM ESTE DOMINGO


"Todo aquel que se pone de luto por Jerusalén y que se entristece por la destrucción del Templo tendrá el mérito para ver su alegría, ya los que no lloran Jerusalén no verán su alegría" (Taanit 30b). Esta afirmación de nuestros sabios se basa en las palabras de consuelo de D.ios por medio del profeta Isaías 66:10-11

“Qué se alegren con Jerusalem, y qué se gocen con ella, todos aquellos que la aman: Qué se llenen de gozo con ella, todos los que se enlutan por ella: Para que puedan mamar y saciarse de los pechos de sus consolaciones; para que ordeñen y se deleiten con el resplandor de su gloria.”

El Próximo Cuestionario Fue Preparado en las Instituciones de Ohr Somayaj en Jerusalem, Israel. Todas las referencias son a los versos y al comentario de Rashi, a menos que se indique lo contrario.

PARASHAT DEVARÍM

1 ¿De qué manera se nota desde el comienzo de la Parashá Devarím que Moshé estaba preocupado por el honor del pueblo judío? Deut 1: 1 -Moshe menciona solo los nombres de los lugares donde el pueblo judío pecó, pero no menciona los pecados en sí.

 2  ¿Cuánto tiempo pasó entre el momento que salieron del monte Sinaí y el momento en que enviaron a los espías? Deut 1: 2 - 40 días.

3  Moshe reprendió al pueblo judío poco antes de su muerte. ¿De quién aprendió esto? Deut 1: 3 - De Yaakov, quien reprendió a sus hijos poco antes de su muerte.

4 ¿Por qué esperó Moshé hasta haber golpeado a los reyes amorreos antes de reprender al pueblo judío? Deut 1: 4 - Para que nadie pudiera decir:  "¿Qué derecho tiene él de reprendernos? ¿Acaso nos ha traído él a alguna parte de la tierra como prometió?"

5.  ¿Cuáles fueron algunos de los logros que resultaron de que el pueblo judío "habitara" en el monte Sinaí? Deut 1: 6 - Recibieron la Torá, construyeron el Mishkán y todos sus vasos, nombraron un sanedrín y nombraron oficiales.

 6. ¿Por qué la Torá destaca los nombres de los avot en relación con la entrega de la Tierra? Deut 1: 8 - Cada uno de los avot poseía suficiente mérito para que el pueblo judío heredara la Tierra.

 7. ¿Qué transmitió Moshe al pueblo judío al decir: "Ustedes hoy son como las estrellas de los cielos"? Deut 1:10 - El hecho de que Son un pueblo eterno, así como el sol, la luna y las estrellas son eternos.

 8. "Apikorsím" (aquellos que denigran a los eruditos del Talmud) observaron cada movimiento de Moshé para acusarlo. ¿Qué observaron y de qué lo acusaron? Deut 1:13 - Observaron la hora a la que salía de casa por la mañana. Si Moshe se fue temprano, lo acusaron de tener problemas familiares (lo que lo expulsó de su casa). Si se iba tarde, lo acusaban de quedarse en casa para planear el mal contra ellos.

 9. Moshe buscaba varias cualidades en los jueces que eligió. ¿Qué cualidad no pudo encontrar? Deut 1:15 - Hombres de entendimiento.

 10. Moshe les dijo a los jueces, "el caso que les sea demasiado difícil a ustedes, tráiganmelo". ¿Cómo fue castigado por esta declaración? Deut 1:17 - Cuando las hijas de Tzlofjad le hicieron una pregunta halájica, se le ocultó la ley.

 11. ¿Por qué Moshe describió el desierto como grande y espantoso? Deut 1:19 - Porque el pueblo judío vio serpientes y escorpiones enormes y espantosos en el desierto.

 12.  ¿Qué tribu no estaba representada entre los espías? Deut 1:23 - Leví.

 13. ¿Qué ciudad heredó Calev? Deut 1:36 - Hebrón.

 14. ¿Cuántos reinos se le prometió a Abraham? ¿Cuántos fueron conquistados por Yehoshua? Deut 2: 5: a Abraham se le prometió la tierra de los diez reinos. Yehoshua conquistó siete. Las tierras de Moav, Ammón y Esav, serán recibidas en el tiempo del Mashiaj.

 15. ¿Por qué se le prohibió al pueblo judío provocar a Ammón? Deut 2: 9 - Esta fue una recompensa para la hija menor de Lot, la madre de Ammón, por ocultar la conducta inapropiada de su padre.

16.   ¿Por qué no se le permitió al pueblo judío conquistar a los filisteos?
Deut 2:23 - Porque Avraham había hecho un tratado de paz con Avimelec, rey de los filisteos.

17.  ¿Cómo infundió Hashem el temor del pueblo judío en las naciones del mundo?
Deut 2:25 - Durante la batalla contra Og, el sol se detuvo por el bien del pueblo judío, y todo el mundo vio esto.

 18. ¿Por qué Moshe temía a Og? Deut 3: 2 - Og poseía mérito por haber ayudado una vez a Abraham.

 19. ¿Quién jugó un papel decisivo en la destrucción de los Refa'im? Deut 3:11 - Amrafel.

20.  ¿Cuál fue la ventaja de que Reuven y Gad abrieran el camino a la batalla?
 Deut 3:18 - Eran valientes, y el enemigo sucumbiría ante ellos.




H’ Ehad



___________

        ה' אחד


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