Esta Parashá Fue Preparada Por ABA-EYBO
PARASHAT VAIERÁ
Génesis 18:1-22:24
DEDICADA A LA MEMORIA Y PARA MÉRITO DE:
Sarah Imenu - Rivkah, Rajel, Leah, (כריסטינה מרים דה בלר), Rajel Savua de Akiva;
Ruti Sarah Bat Simcha, Bernard St-Jean
Rabbi Akiva Ben Yosef, Jeannette Agustin San Juan, Fortune Agustin,
Filomena Agustin de San Juan (T’vila / Fila), Federmo San Juan, Aba Mevoyan Beler, Rajel Mazouz
Claudio Alfredo Beler San Juan; (סוג'ונטו בן סופריו) ; ( אבא סופריו) , Rabbi Ya’akov Abujatseira
(כל הזקנים בדורותיהם, מצד אבי, ובצד אמי); Chaya Mushka Schneersohn
Y de todos los Anusim de la casa de Israel; Jean-Baptiste Alvares
ז'אן בטיסט אלבארס , רבי שלמה לוריא, מהרש״ל
Jean Baptiste Louis Agustin Rodrigué Alvares, Rav DovBer de Lubavitch
אורינו ז'אן בטיסט אלבארס;
Eli Ha’Kohen, Pinjás Ve’Ikavod Ha’Kohen. Abayé Ha’Kohen, El Rebbe de Lubavitch,
Menajem Mendel Shnirsohn Zt”L; Yehuda Ha’Jassid, e Israel Meir KaGan el Jafets Ha’Jaim.
Rebbe Najman Ben Fege & Moshe Rabeinu
PARA LA REFUA SHELEIMA DE
Enerio Yojanan Ben Sara M. C.
PARA EL ÉXITO Y LA RIQUEZA ESPIRITUAL Y MATERIAL DE LA CASA DE
Enerio Yojanan & Rivka Wiwiet Bat Sarah
PARASHAT vAIERA
Vayeira o Va-iera es una palabra hebrea que quiere decir "y se le apareció Él ". Ésta es la primera palabra en la cuarta Parashá, la cuarta porción semanal de la Torá en el ciclo anual de lectura de la Biblia Judía. Está compuesta de Génesis 18: 1 hasta el 22: 24. Está Parashá cuenta las historias de los tres visitantes de Abraham, el regateo de Abraham con Dios sobre Sodoma, Gomorra, y las otras ciudades en el valle de Sidím (el Mar de Sal).
Los dos visitantes de Lot, el regateo de Lot con los sodomitas, la huida de Lot, la destrucción de Sodoma y Gomorra, cómo las hijas de Lot quedaron embarazadas de su padre, cómo Abraham una vez más hizo pasar a su esposa Sara como su hermana, el nacimiento de Isaac, la expulsión de Hagar, las disputas sobre los pozos y la Akeidá (atadura) de Isaac.
La destrucción de Sodoma, Gomorra y las otras ciudades en el valle de Sidím.
La parashá de Vaierá tiene la mayor cantidad de palabras (pero no la mayor cantidad de letras o versículos) de cualquiera de las porciones semanales de la Torá en el Libro del Génesis, y su recuento de palabras es solo superado por la Parashat Nasó en toda la Torá.
Vaierá está compuesta de 7,862 letras hebreas, 2,085 palabras hebreas, 147 versos y 252 líneas en un rollo de la Torá (Sefer Torá). (En el Libro del Génesis, la Parashat Miketz tiene la mayor cantidad de letras, y las Parashiyot Noaj y Vayishlaj son las que tienen la mayor cantidad de versos).
Los judíos lo leen el cuarto sábado después de Simjat Torá, eso a veces cae en octubre o en noviembre. En las comunidades judías también se lee partes de esta Parashá como lecturas de la Torá para Rosh HaShaná. Génesis 21 es la lectura de la Torá para el primer día de Rosh HaShaná, y Génesis 22 es la lectura de la Torá para el segundo día de Rosh HaShaná.
En la lectura tradicional de la Torá en sábado, la parashá se divide en siete lecturas (עליות, aliyot). En el Texto Masorético del Tanakh (Biblia hebrea), Parashat Vayeira tiene cuatro divisiones de "porción abierta" (פתוחה, petuchah) (aproximadamente equivalente a párrafos, a menudo abreviados con la letra hebrea פ (peh)). Parashat Vayeira tiene dos subdivisiones más, llamadas divisiones de "porción cerrada" (סתומה, setumah) (abreviada con la letra hebrea ס (samekh)) dentro de la primera porción abierta. La primera porción abierta, petuchah) abarca las primeras cinco lecturas. La segunda parte abierta coincide con la sexta lectura. La tercera parte abierta cubre la encuadernación de Isaac, que es la mayor parte de la séptima lectura, excluyendo solo la lectura final del maftir (מפטיר). Y la cuarta parte abierta coincide con la lectura final del maftir. Las divisiones de porciones cerradas dividen aún más la cuarta lectura larga.
El comienzo de Parashat Vayeira. Tenga en cuenta los puntos sobre la palabra אֵלָיו aproximadamente a la mitad de la izquierda.
BENDICIONES PARA ANTES DE LEER LA TORÁ
Antes de leer o estudiar la Torá hay que acostumbrarse a bendecir al Eterno (Hashem). Mantén en mente que el nombre de D.ios que se usa cuando decimos nuestras plegarias y cuando leemos la Torá o cuando bendecimos a D.ios es “Adonai”. Donde quiera que aparezca su nombre lo pronunciamos “Adonai”. Dondequiera que aparece el nombre del Eterno (Yud - Hei Vav Hei) lo pronunciamos Adonai en esos momentos, en otros momento sólo decimos Hashem.
Bendigo al Eterno, el D.ios Bendito
¡Bendito sea el Eterno quien debe ser bendecido!
EN HEBREO
¡Barúj Atáh (Adonai), Eloheinu Meléj HaOlám, Asher Bájar Bánu Mikól Ha’Amím VeNatán Lanú Et Torató. Barúj Atáh Adonai, Notén HaTorá!
EN ESPAÑOL
¡Bendito Eres Tú Adonai, Elohim Nuestro y Rey del universo, que Nos Ha Escogido de entre todas las naciones y nos Ha Entregado Su Torá. Bendito eres Tú Adonai, donador de la Torá!
Primera Aliá - Génesis 18: 1-14
PRE-LECTURA 1
En la primera lectura, mientras Abraham estaba sentado en la entrada de su tienda junto a los encinares de Mamre en el calor del día, miró hacia arriba y vio a Dios en la forma de tres hombres. Corrió, se inclinó hasta el suelo y les dio la bienvenida. Abraham se ofreció a lavarles los pies y traerles un bocado de pan, y ellos asintieron. Abraham corrió a la tienda de Sara para pedir pasteles hechos con harina selecta, corrió a seleccionar un becerro selecto para que un sirviente lo preparara, les puso cuajada, leche y el becerro delante de ellos, y los sirvió debajo del árbol mientras comían. (En Génesis 18: 9, hay puntos sobre las letras א, ל y ו en "Le dijeron"). Uno de los visitantes le dijo a Abraham que regresaría el próximo año, y Sara tener un hijo, pero Sara se rió de sí misma ante la perspectiva, con Abraham tan viejo. Entonces Dios le preguntó a Abraham por qué Sara se había reído de tener un hijo a su edad, y señaló que nada era demasiado maravilloso para Dios.
La primera lectura termina aquí.
LECTURA 1
Promesa del Nacimiento de Yitzjak (Isaac) – Génesis 18
1 Después le apareció el Eterno en el encinar de Mamré, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. 2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, 3 y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. 4 Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, 5 y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. 6 Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. 7 Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo. 8 Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron. 9 Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda. 10 Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. 11 Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. 12 Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? 13 Entonces el Eterno dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? 14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.
Abraham le suplicó a Dios en nombre de Sodoma.
Segunda Aliá - Génesis 18: 15–33
PRE-LECTURA 2
En la segunda lectura, asustada, Sara negó haberse reído, pero Dios insistió en que sí. Los hombres partieron hacia Sodoma, y Abraham caminó con ellos para despedirlos. Dios consideró si confiar en Abraham lo que Dios estaba a punto de hacer, ya que Dios había escogido a Abraham para que se convirtiera en una gran nación e instruyó a su posteridad a seguir el camino de Dios haciendo lo que era justo y recto. Dios le dijo a Abraham que el ultraje y el pecado de Sodoma y Gomorra era tan grande que Dios iba a ver si habían actuado de acuerdo con el clamor que había llegado a Dios. Los hombres se dirigieron a Sodoma, mientras que Abraham permaneció de pie ante Dios. Abraham presionó a Dios si Dios barrería a los inocentes junto con los culpables, preguntando sucesivamente si había 50, 45, 40, 30, 20 o 10 personas inocentes en Sodoma, ¿no perdonaría Dios a la ciudad por el bien de Sodoma? de los inocentes, y cada vez que Dios accedió a hacerlo. Cuando Dios terminó de hablar con Abraham, Dios se fue y Abraham regresó a su lugar.
La segunda lectura termina aquí con el final del capítulo 18.
LECTURA 2
15 Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.
Abraham Intercede Por Sodoma
16 Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos. 17 Y el Eterno dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, 18 habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? 19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino del Eterno, haciendo justicia y juicio, para que haga venir el Eterno sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.
20 Entonces el Eterno le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, 21 descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. 22 Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante del Eterno. 23 Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?
24 Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? 25 Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? 26 Entonces respondió el Eterno: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. 27 Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza. 28 Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.
29 Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. 30 Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. 31 Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. 32 Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. 33 Y el Eterno se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.
Tercera Aliá - Génesis 19: 1–20
PRE-LECTURA 3
En la tercera lectura, cuando Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma por la noche, llegaron los dos ángeles, y Lot los saludó y se postró en tierra. Lot invitó a los ángeles a pasar la noche en su casa y a lavarse los pies, pero dijeron que pasarían la noche en la plaza. Lot los instó fuertemente, así que fueron a su casa, y les preparó un banquete, horneó pan sin levadura y comieron.
Antes de retirarse para pasar la noche, todos los hombres de Sodoma se reunieron alrededor de la casa y le gritaron a Lot que trajera a sus visitantes para que tuvieran intimidad con ellos. Lot salió de la entrada, cerró la puerta detrás de él y suplicó a los habitantes de Sodoma que no cometieran tal mal. Lot les ofreció a los hombres sus dos hijas vírgenes, si cambiaran de parecer y no hacerles nada a sus invitados, pero ellos despreciaron a Lot como alguien que había venido como un extranjero y ahora buscaba gobernarlos, y presionaron amenazadoramente contra él.
Pero los visitantes estiraron las manos y empujaron a Lot hacia la casa, cerraron la puerta y golpearon a la gente con ceguera para que no pudieran encontrar la puerta. Los visitantes le ordenaron a Lot que sacara de la ciudad a la familia que tenía, porque estaban a punto de destruir el lugar, porque el clamor contra sus habitantes se había vuelto tan grande. Entonces Lot les dijo a sus yernos que tenían que salir del lugar porque Dios estaba a punto de destruirlo, pero los yernos de Lot pensaron que estaba bromeando.
Cuando amaneció, los ángeles instaron a Lot a huir con su esposa y las dos hijas restantes, pero aún así se demoró. Entonces, por la misericordia de Dios, los hombres se apoderaron de Lot, su esposa e hijas y los sacaron de la ciudad, diciéndoles que huyeran para salvar sus vidas y que no se detuvieran ni miraran hacia atrás en ninguna parte de la llanura. Pero Lot les preguntó si podía huir a una pequeña aldea cercana.
La tercera lectura termina aquí.
LECTURA 3
DESTRUCCIÓN DE SODOMA Y GOMORRA
Génesis 19
1 Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo, 2 y les dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la calle nos quedaremos esta noche. 3 Mas él porfió con ellos mucho, y fueron con él, y entraron en su casa; y les hizo banquete, y coció panes sin levadura, y comieron. 4 Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. 5 Y llamaron a Lot, y le dijeron:
¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. 6 Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, 7 y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. 8 He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado. 9 Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron:
Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse como juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta.
10 Entonces los varones alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y cerraron la puerta. 11 Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se fatigaban buscando la puerta. 12 Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar;
13 porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante del Eterno; por tanto, el Eterno nos ha enviado para destruirlo. 14 Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque el Eterno va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como que se burlaba. 15 Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad.
16 Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia del Eterno para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. 17 Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. 18 Pero Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos.
19 He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera. 20 He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; dejadme escapar ahora allá (¿no es ella pequeña?), y salvaré mi vida.
Vuelo de Lot a Tzoar - Zoar (heb. Tzoar, “pequeña/o [pequeñez]”). Ciudad, también conocida como Bela, aparentemente la más chica de las 5 ciudades del valle de Sidim (Gen 13:10; ...
Cuarta aliÁ: Génesis 19: 21-21: 4
PRE-LECTURA 4
En la larga cuarta lectura, el ángel respondió que le otorgaría a Lot este favor también, y perdonaría a esa ciudad. El ángel instó a Lot a que se apresurara allí, porque el ángel no podía hacer nada hasta que llegó allí, y por eso la ciudad pasó a llamarse Zoar. Cuando salió el sol y Lot entró en Zoar, Dios hizo llover fuego sulfuroso del cielo sobre Sodoma y Gomorra y aniquiló toda la llanura. La esposa de Lot miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal.
A la mañana siguiente, Abraham se apresuró al lugar donde había estado ante Dios y miró hacia Sodoma y Gomorra y vio el humo que se elevaba como en un horno. Lot tenía miedo de vivir en Zoar, por lo que se instaló en una cueva en la región montañosa con sus dos hijas. La hija mayor le dijo a la menor que su padre era viejo y que no había un hombre en la tierra con quien tener hijos, por lo que propuso que emborracharan a Lot y tuvieran relaciones sexuales con él para poder mantener la vida a través de su padre.
Aquella noche hicieron beber vino a su padre, y la mayor se acostó con su padre sin que él se diera cuenta. Y al día siguiente, el mayor convenció al menor de que hiciera lo mismo. Así, las dos hijas tuvieron hijos de su padre, la mayor dio a luz un hijo llamado Moab, que fue padre de los moabitas, y la menor dio a luz un hijo llamado Ben-ammi, que fue padre de los amonitas.
Una parte cerrada termina aquí con el final del capítulo 19.
A medida que la lectura continúa en el capítulo 20, Abraham se estableció entre Cadesh y Shur. Mientras vivía en Gerar, Abraham dijo que Sara era su hermana, por lo que el rey Abimelec la hizo traer, pero Dios vino a Abimelec en un sueño y le dijo que tomarla le causaría la muerte, porque ella estaba casada. Avimelej no se había acercado a ella, por lo que le preguntó a Dios si Dios mataría a un inocente, como Abraham y Sara le habían dicho que eran hermano y hermana. Dios le dijo a Avimelej en el sueño que Dios sabía que Abimelec tenía un corazón intachable, y por eso Dios le había impedido tocarla. Dios le dijo a Abimelec que restaurara a la esposa de Abraham, ya que él era un profeta, e intercedería por Abimelec para salvar su vida, la cual perdería si no la restauraba.
Temprano a la mañana siguiente, Abimelec les contó a sus siervos lo que había sucedido y le preguntó a Abraham qué había hecho y por qué había traído tanta culpa sobre Abimelec y su reino. Abraham respondió que había pensado que Gerar no temía a Dios y que lo mataría por culpa de su esposa, y que en realidad era la hija de su padre, aunque no de su madre, por lo que le había pedido la amabilidad de identificarlo como su hermano. .
Avimelej le devolvió Sara a Abraham, le dio ovejas, bueyes y esclavos, y lo invitó a establecerse donde quisiera en las tierras de Abimelec. Avimelej le dijo a Sara que le iba a dar a Abraham mil piezas de plata para que la vindicara ante todos. Entonces Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec ya las mujeres de su casa, para que dieran a luz hijos, porque Dios había herido a las mujeres con infertilidad a causa de Sara.
Otra parte cerrada termina aquí con el final del capítulo 20.
Mientras continúa la lectura en el capítulo 21, Dios tomó nota de Sara, y ella le dio a Abraham un hijo como Dios lo había predicho, y Abraham lo llamó Isaac. Abraham circuncidó a Isaac cuando tenía ocho días de edad.
La cuarta lectura termina aquí.
LECTURA 4
21 Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. 22 Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar.[a] 23 El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar. 24 Entonces el Eterno hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte del Eterno desde los cielos; 25 y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra.
26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. 27 Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante del Eterno. 28 Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno. 29 Así, cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba.
30 Pero Lot subió de Zoar y moró en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar, y habitó en una cueva él y sus dos hijas. 31 Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra. 32 Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia.
33 Y dieron a beber vino a su padre aquella noche, y entró la mayor, y durmió con su padre; mas él no sintió cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó. 34 El día siguiente, dijo la mayor a la menor: He aquí, yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y entra y duerme con él, para que conservemos de nuestro padre descendencia.
35 Y dieron a beber vino a su padre también aquella noche, y se levantó la menor, y durmió con él; pero él no echó de ver cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó. 36 Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre. 37 Y dio a luz la mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los moabitas hasta hoy. 38 La menor también dio a luz un hijo, y llamó su nombre Ben-ammi, el cual es padre de los amonitas hasta hoy.
ABRAHAM Y AVIMELEJ
20 De allí partió Abraham a la tierra del Neguev, y acampó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar. 2 Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana. Y Avimelej rey de Gerar envió y tomó a Sara. 3 Pero Dios vino a Avimelej en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido. 4 Mas Avimelej no se había llegado a ella, y dijo: Señor, ¿matarás también al inocente? 5 ¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano?
Con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto. 6 Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases. 7 Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si no la devolvieres, sabe que de cierto morirás tú, y todos los tuyos. 8 Entonces Avimelej se levantó de mañana y llamó a todos sus siervos, y dijo todas estas palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera.
9 Después llamó Avimelej a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan grande pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo. 10 Dijo también Avimelej a Abraham: ¿Qué pensabas, para que hicieses esto? 11 Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer. 12 Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por mujer.
13 Y cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Esta es la merced que tú harás conmigo, que en todos los lugares adonde lleguemos, digas de mí: Mi hermano es. 14 Entonces Avimelej tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer.
15 Y dijo Avimelej: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca. 16 Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es como un velo para los ojos de todos los que están contigo, y para con todos; así fue vindicada. 17 Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Avimelej y a su mujer, y a sus siervas, y tuvieron hijos. 18 Porque el Eterno había cerrado completamente toda matriz de la casa de Avimelej, a causa de Sara mujer de Abraham.
Nacimiento de Yitzjak (Isaac) Génesis 21
1 Visitó el Eterno a Sara, como había dicho, e hizo el Eterno con Sara como había hablado. 2 Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. 3 Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac. 4 Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado.
Hagar e Ismael - Los Ismaelitas o Hagareños.
Quinta aliÁ: Génesis 21: 5–21
PRE-LECTURA 5
En la quinta lectura, Abraham tenía 100 años cuando nació Isaac, y Sara comentó que Dios le había hecho reír y que todos se reirían con ella de que ella dio a luz un hijo a Abraham en su vejez. Abraham celebró una gran fiesta el día en que Sara destetó a Isaac. Sara vio al hijo de Hagar, Ismael, jugando, y Sara le dijo a Abraham que echara fuera a Hagar e Ismael, diciendo que Ismael no compartiría la herencia de Abraham con Isaac. Las palabras de Sara angustiaron mucho a Abraham, pero Dios le dijo a Abraham que no se angustiara sino que hiciera lo que Sara le dijera, porque Isaac continuaría con la línea de Abraham, y Dios también haría una nación de Ismael. A la mañana siguiente, Abraham, junto con Ismael, puso pan y agua en el hombro de Hagar y los despidió.
Hagar e Ismael vagaban por el desierto de Beersheba y, cuando se acabó el agua, dejó al niño debajo de un arbusto, se sentó a dos tiros de arco para no ver morir al niño y se echó a llorar. Dios escuchó el clamor del niño, y un ángel llamó a Hagar, diciéndole que no temiera, porque Dios había escuchado el clamor del niño y haría de él una gran nación. Entonces Dios le abrió los ojos a un pozo de agua y ella y el niño bebieron. Dios estaba con Ismael y creció en el desierto y se convirtió en arquero. Ismael vivía en el desierto de Parán, y Hagar le consiguió una esposa egipcia.
La quinta lectura y la primera parte abierta terminan aquí.
LECTURA 5
5 Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo. 6 Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. 7 Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez. Hagar e Ismael son echados de la casa de Abraham. 8 Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac. 9 Y vio Sara que el hijo de Hagar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. 10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.
11 Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. 12 Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.
13 Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente. 14 Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Hagar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beersheba. 15 Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, 16 y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró. 17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Hagar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Hagar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. 19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho. 20 Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco. 21 Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto.
Sexta aliÁ - Génesis 21: 22–34
PRE-ALIA 6
En la sexta lectura, Avimelej y Ficol, el jefe de sus tropas, le pidieron a Abraham que jurara no tratar con ellos en falso. Abraham reprochó a Abimelec porque los siervos de Avimelej se habían apoderado del pozo de Abraham, pero Avimelej protestó por ignorancia. Abraham le dio a Abimelec ovejas y bueyes y los dos hombres hicieron un pacto. Entonces, Abraham le ofreció a Avimelej siete ovejas como prueba de que Abraham había cavado el pozo. Llamaron al lugar Beersheba, porque allí los dos prestaron juramento. Después de concluir su pacto, Avimelej y Ficol regresaron a Filistea, y Abraham plantó un tamarisco e invocó el nombre de Dios. Abraham vivió mucho tiempo en Filistea. La sexta lectura y la segunda parte abierta terminan aquí con el final del capítulo 21.
LECTURA 6
PACTO ENTRE ABRAHAM Y AVIMELEJ
22 Aconteció en aquel mismo tiempo que habló Avimelej, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces. 23 Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la tierra en donde has morado. 24 Y respondió Abraham: Yo juraré.
25 Y Abraham reconvino a Avimelej a causa de un pozo de agua, que los siervos de Avimelej le habían quitado. 26 Y respondió Avimelej: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy. 27 Y tomó Abraham ovejas y vacas, y dio a Avimelej; e hicieron ambos pacto. 28 Entonces puso Abraham siete corderas del rebaño aparte.
29 Y dijo Avimelej a Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte? 30 Y él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo. 31 Por esto llamó a aquel lugar Beersheba;[a] porque allí juraron ambos. 32 Así hicieron pacto en Beersheba; y se levantó Avimelej, y Ficol príncipe de su ejército, y volvieron a tierra de los filisteos. 33 Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beersheba, e invocó allí el nombre del Eterno Dios eterno. 34 Y moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días.
El ángel detiene la ofrenda de Isaac
Séptima AliÁ - Génesis capítulo 22
Pre-Lectura 7
En la séptima lectura, que coincide con el capítulo 22, algún tiempo después, Dios puso a prueba a Abraham y le indicó que llevara a Isaac a la tierra de Moriah y lo ofreciera allí como holocausto. A la mañana siguiente, Abraham ensilló su asno y partió leña para el holocausto, y luego él, dos de sus siervos e Isaac partieron hacia el lugar que Dios había nombrado. Al tercer día, Abraham vio el lugar desde lejos y ordenó a sus siervos que esperaran con el burro, mientras Isaac y él subían a adorar y luego regresaban.
Abraham tomó la piedra de fuego y el cuchillo, le puso la leña a Isaac y los dos se alejaron juntos. Cuando Isaac le preguntó a Abraham dónde estaban las ovejas para el holocausto, Abraham respondió que Dios se ocuparía de las ovejas para el holocausto. Llegaron al lugar que Dios había nombrado, y Abraham construyó un altar, colocó la leña, ató a Isaac, lo puso sobre el altar y tomó el cuchillo para matarlo.
Entonces un ángel llamó a Abraham y le dijo que no levantara la mano contra el niño, porque ahora sabía Dios que Abraham le temía a Dios, ya que no había retenido a su hijo. Abraham miró hacia arriba y vio un carnero atrapado en un matorral por sus cuernos, por lo que lo ofreció como holocausto en lugar de su hijo. Abraham nombró el sitio Adonai-yireh.
El ángel llamó a Abraham por segunda vez, diciendo que debido a que Abraham no había retenido a su hijo, Dios lo bendeciría y haría que sus descendientes fueran tan numerosos como las estrellas del cielo y las arenas a la orilla del mar, y victoriosos sobre sus enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirían con la descendencia de Abraham, porque obedeció el mandato de Dios. Abraham regresó con sus siervos y ellos partieron hacia Beerseba, donde se quedó Abraham.
La tercera parte abierta termina aquí.
La séptima lectura, la cuarta parte abierta es final del capítulo 22 y la parashá terminan aquí.
LECTURA 7
DIOS ORDENA A ABRAHAM QUE SACRIFIQUE A ISAAC
Genesis 22
1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.
4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. 5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. 6 Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.
7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. 9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.
10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11 Entonces el ángel del Eterno le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.
13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, el Eterno proveerá.[a] Por tanto se dice hoy: En el monte del Eterno será provisto.
15 Y llamó el ángel del Eterno a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice el Eterno, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. 19 Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos a Beersheba; y habitó Abraham en Beersheba. 20 Aconteció después de estas cosas, que fue dada noticia a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano:
21 Uz su primogénito, Buz su hermano, Kemuel padre de Aram, 22 Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel. 23 Y Betuel fue el padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que dio a luz Milca, de Nacor hermano de Abraham. 24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.
Milca le da a luz varios hijos a Nacor. Nacor es el Hermano de Abraham - Milca y Nacor son los Abuelos de Rivka, la hija de Betual, la esposa de Yitzjak.LA ALIÁ DEL MAFTIR GENESIS 22:20-24
PRE-LECTURA DEL MAFTIR
Mientras la lectura continúa con la lectura Maftir que concluye la parashá, más tarde, Abraham se enteró de que Milca había tenido ocho hijos con su hermano Nacor, entre los cuales estaba Betuel, quien se convirtió en el padre de Rebeca. Reumah, la concubina de Nacor, también le dio cuatro hijos.
LECTURA MAFTIR
BENDICIONES PARA DESPUÉS DE LEER LA TORÁ
Después de leer o estudiar la Torá hay que acostumbrarse a bendecir el Eterno (Hashem)
EN HEBREO
¡Barúj Atáh Adonai (Eterno), Eloheinu Meléj HaOlám, Asher Natán Lanú Et Torató. Torát Emét, Vejayei Olám Natá Betojeiunu. Barúj Atáh Adonai (Eterno), Notén HaTorá!
EN ESPAÑOL
¡Bendito Eres Tú Eterno, Elohim Nuestro y Rey del universo, que nos ha entregado Su Torá, una Torá de Verdad, y que ha implantado en nuestro interior la vida eterna. Bendito Eres Tú Adonai (Eterno), dador de la Torá!
HAFTARÁ PARA VAIERÁ
Para los judíos Ashkenazíes está en 2 Reyes 4: 1–37; y Para los judíos Sefardíes: 2 Reyes 4: 1–23
Tanto la Parashá de Vaierá como la Haftará, que se encuentra en 2 Reyes hablan del regalo de Dios de los hijos a las mujeres sin hijos. Tanto en la parashá como en la Haftará: el representante de Dios visita a la mujer sin hijos, cuya casa brinda al visitante una generosa hospitalidad; la edad del esposo genera dudas sobre la capacidad de la pareja para tener hijos; el representante de Dios anuncia que vendrá un hijo en una estación determinada del año siguiente; la mujer concibe y da a luz un hijo como había anunciado el representante de Dios; la muerte amenaza al hijo prometido; y el representante de Dios interviene para salvar al hijo prometido.
BENDICIÓN PARA LA HAFTARÁ
Antes de leer la Haftará también, el lector o el estudiante ha de decir esta bendición:
EN HEBREO
¡Barúj Atáh Adonai (Eterno) Eloheinu Meléj HaOlám Asher Bájar Bin-vi-ím Tovím Ve-Ratzá Ve-Divreijem Ha-ne-Emarim Ve-Emét! ¡Barúj Atáh Adonai (Eterno) Ha-Bojer Ba-Torá Uv-Moshé Avdó Uv-Yisra’el Amó U-ninviei Ha-Emét Va-Tsedék!
EN ESPAÑOL
¡Bendito Eres Tú Adonai (Eterno), Elohim Nuestro, Rey del Universo, que escogiste Buenos Profetas y te complaciste con sus palabras que fueron pronunciadas con Verdad! ¡Bendito Eres Tú Adonai (Eterno), que escogiste la Torá y a Moshé tu Siervo, y a Israel Tu Pueblo, y a Los Profetas de Verdad y Justicia!
El aceite de la viuda
II Reyes 4:1-37
1 Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Elisha, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso del Eterno; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. 2 Y Elisha le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. 3 El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. 4 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. 5 Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. 6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. 7 Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
ELISHA Y LA SUNAMITA
8 Aconteció también que un día pasaba Elisha por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. 9 Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. 10 Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él. 11 Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió. 12 Entonces dijo a Guejazi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, vino ella delante de él.
13 Dijo él entonces a Guejazi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo. 14 Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Guejazi respondió: He aquí que ella no tiene hijo, y su marido es viejo. 15 Dijo entonces: Llámala. Y él la llamó, y ella se paró a la puerta. 16 Y él le dijo: El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva. 17 Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Elisha le había dicho.
18 Y el niño creció. Pero aconteció un día, que vino a su padre, que estaba con los segadores; 19 y dijo a su padre: !!Ay, mi cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a un criado: Llévalo a su madre. 20 Y habiéndole él tomado y traído a su madre, estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió. 21 Ella entonces subió, y lo puso sobre la cama del varón de Dios, y cerrando la puerta, se salió. 22 Llamando luego a su marido, le dijo: Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón de Dios, y regrese. 23 El dijo: ¿Para qué vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo.[a] Y ella respondió: Paz.
24 Después hizo enalbardar el asna, y dijo al criado: Guía y anda; y no me hagas detener en el camino, sino cuando yo te lo dijere. 25 Partió, pues, y vino al varón de Dios, al monte Carmelo. Y cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado Guejazi: He aquí la sunamita. 26 Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido, y a tu hijo? Y ella dijo: Bien. 27 Luego que llegó a donde estaba el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó Guejazi para quitarla; pero el varón de Dios le dijo: Déjala, porque su alma está en amargura, y el Eterno me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado. 28 Y ella dijo: ¿Pedí yo hijo a mi señor? ¿No dije yo que no te burlases de mí?
29 Entonces dijo él a Guejazi: Ciñe tus lomos, y toma mi báculo en tu mano, y ve; si alguno te encontrare, no lo saludes, y si alguno te saludare, no le respondas; y pondrás mi báculo sobre el rostro del niño. 30 Y dijo la madre del niño: Vive el Eterno, y vive tu alma, que no te dejaré. 31 El entonces se levantó y la siguió. Y Guejazi había ido delante de ellos, y había puesto el báculo sobre el rostro del niño; pero no tenía voz ni sentido, y así se había vuelto para encontrar a Elisha, y se lo declaró, diciendo: El niño no despierta.
32 Y venido Elisha a la casa, he aquí que el niño estaba muerto tendido sobre su cama. 33 Entrando él entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró al Eterno. 34 Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor. 35 Volviéndose luego, se paseó por la casa a una y otra parte, y después subió, y se tendió sobre él nuevamente, y el niño estornudó siete veces, y abrió sus ojos. 36 Entonces llamó él a Guejazi, y le dijo: Llama a esta sunamita. Y él la llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo. 37 Y así que ella entró, se echó a sus pies, y se inclinó a tierra; y después tomó a su hijo, y salió.
BENDICIÓN PARA DESPUÉS DE LA HAFTARÁ
Después de leer la Haftará, el lector o estudiante de la Haftará debe recitar la siguiente bendición:
En Hebreo
¡Barúj Atáh Adonai, Eloheinu Meléj Ha-Olám, Tsur Kol Ha-Olamím Tsadík VeKól Ha-dorot Ha-Él Ha-ne’emán Ha-Omer Ve-osé Ha-medaber U-Makiyem Shekol Devarav Emét Ve-Tsedék Ne’emán Atáh Adonai Eloheinu Ve-ne’enamím Devareja Ve-Davar Ejád Mi-devareija Ajor Yashuv Reikam Ki El Meléj Ne’eman Ve-Rajamán Atáh! ¡Barúj Atáh Adonai Ha-Él Ha-ne’eman VeKol Devarav!
En Español
¡Bendito eres Tú, Adonai (Eterno), eres el Elohim Nuestro, el Rey del Universo, la Roca de las eternidades, el Justo en todas las generaciones, el Elohim (D.ios) Fiel, que Dice y Hace, que Habla y Cumple, Cuyas Palabras son Verdaderas. Fiel eres Tú Adonai (Eterno) nuestro Elohim y Tus Palabras son Fieles. Ni una sola de Tus Palabras se vuelve sin cumplirse, porque Tú, oh Elohim, Eres Rey Fiel y Compasivo! ¡Bendito Eres Tú, Adonai (Eterno, Elohai Eres Fiel en todas Tus Palabras!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario