PERLAS DE VA'ETJANÁN
¿10 Mandamientos o 10 declaraciones?
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Va'etjanán es la palabra hebrea que Moisés usó para decirnos que le suplicó al Eterno para que lo dejara entrar en la Tierra prometida,
literalmente eso quiere decir:
"y le supliqué o imploré."
Siempre se lee en el Shabat especial llamado Najamú (Consuelen), el sábado inmediatamente después de Tishá Be Av. A causa de que esta parashá describe cómo los Judíos serían expulsados de la Tierra de Israel por causa del pecado.
El orden (la Sidra) de esta Parashá comienza con que, Moisés trató por última vez de suplicarle al Eterno, en un último intento para que lo dejara entrar a la tierra prometida a Israel,
Tan fuerte era esa voluntad suya de cumplir todos los mandamientos.
Él sabía que la mayoría de los mandamientos, las prohibiciones, los decretos del Rey de reyes y las ordenanzas legales eran solamente válidos para la Tierra de Israel y sólo podían cumplirse allí. Pero Dios se enojó con él y sólo le concedió la oportunidad de ver la Tierra desde el Monte Pisgat;
aunque según nuestros Sabios, las súplicas le valieron a Moisés al menos la oportunidad de ver la tierra de manera sobrenatural, ya que el Eterno le mostró la tierra de cabo a cabo, lo cual sería imposible desde ese Monte.
Y ese poder que le fue concedido a Moisés para ver la tierra, también le permitió ver el estado de la tierra, en todos los tiempos, presente y futuro; desde el río Eufrates hasta el río de Egipto, del mar Mediterráneo hasta el Jordán.
En esta Parashá también encontramos algunos recordatorios obligatorios;
como el mandamiento de recordar la salida de Egipto, y el mandamiento de recordar diariamente el evento del Monte Sinaí, ese momento histórico en el cual Dios le habló a toda la nación directamente desde el cielo.
Un evento que sólo habría de suceder solamente una sola vez en toda la historia de los habitantes del planeta tierra. Ningún otro pueblo tendrá esa oportunidad de que Dios les hable a millones de sus habitantes al mismo tiempo.
Ese evento único es lo que hace del judaísmo algo sobresaliente entre todas las otras religiones del mundo. Todas las religiones comenzaron con las palabra de un solo líder sin ningún testigo, mientras que en el judaísmo fueron millones de hombres, mujeres y niños que escucharon la voz de Dios hablándoles en vivo desde el cielo. Dios le dijo a Moisés que esa era la única manera de lograr que el pueblo crea en su Torá para siempre, el hecho de que hubo millones de testigos de ese diálogo entre Moisés y el Eterno.
A través de ese evento magnifico, Dios nos aseguró también de que nunca cambiaría su palabra, de que nunca habría otra Torá, de que el Pacto del Monte Sinaí es un pacto Eterno. Y para que todo el Mundo lo sepa, que aunque Él promete renovar el Pacto, no se trata de nada nuevo, sino de las mismas palabras del Monte Sinaí que esta vez las implantaría directamente en nuestras entrañas y nos dice así Jeremías 31:33
“Mas éste es el pacto nuevo que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Eterno: Daré mi Torá en sus entrañas, y la escribiré en sus corazones; y Yo les seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”.
No es un Nuevo Testamento, ni mucho menos un libro con leyes nuevas.
Esta Sidra también nos enseña algo nuevo, nos dice que el que se pega al Eterno su Dios, éste es el que está vivo (Deut 4:4).
¿Cómo es posible lograr eso?
Dios no es un ser humano, Él no tiene cuerpo de ningún tipo, no se le puede comparar con nada ni nadie. No se puede ver, oler ni sentir; entonces cómo se puede uno pegar a Él que además nos dice su palabra que es fuego consumidor (Deut 4:24). Nuestros Sabios nos han enseñado el secreto, se trata de apegarse a sus palabras, estudiandolas, escudriñándolas y obedeciendo a todos sus estatutos; y manteniendo nuestra mente pegada en Dios, alejándonos del pecado, protegiendo los ojos de lo impuro y haciendo el bien (Secreto del Judaísmo por el Rav Ya’akov Adés).
Otra Perla impresionante es la parte que contiene las Profecías de Moisés.
¿Qué profetizó Moisés?
Él profetizó de que los Judíos serían esparcidos por todas las naciones del mundo por su desobediencia (Deut 4:25-27).
Esta profecía no termina ahí, Moisés nos asegura, que no solamente seríamos esparcidos por toda la tierra, en las naciones del mundo, por causa de nuestra idolatría, sino que a causa de eso, viviríamos en países donde nos forzarían nuestros enemigos a convertirnos a una religión, cuyo símbolo es la madera (la cruz), y que otros países nos obligarían a aceptar otra religión cuyo símbolo es la piedra (Meca/Islam).
Esta Profecía de que existirían estás dos religiones; la de los Romanos, y la de los Musulmanes, es impresionante.
Y para asegurarnos de que verdaderamente se trata de estas dos religiones, hoy por medio de la ciencia se han descubierto dos palabras codificadas en estos dos versículos (Deut 4:27-28) que sin ninguna duda la Torá se está refiriendo a esas dos falsas religiones; el nombre del supuesto fundador del cristianismo y la palabra Meca aparecen aquí a intervalos de cincuenta letras en la biblia en lengua hebrea.
Y el resto de la Parashá nos enseña que las diez declaraciones de Dios al Pueblo Judío contienen más de diez mandamientos, y todo el que sigue creyendo falsamente que Dios nos dio solamente diez mandamientos se equivoca.
Pero el que realmente estudia la Torá sabrá que hay más de diez mandamientos; como por ejemplo, el mandamiento de amar al Eterno con todo nuestro corazón, fuerza y alma no forma parte de las diez;
y el mandamiento de dejar descansar la tierra por un año después de siete años, tampoco forma parte de las diez declaraciones de Dios;
sin embargo, Israel fue exiliado a Babilonia por 70 años por haberlo violado; como tampoco está incluido en las diez declaraciones, el mandamiento de no casarse con personas de otras religiones; sin embargo, Dios mató a 24, 000 judíos en un solo día, por haber violado ese mandamiento.
De ese último mandamiento se conoce que los verdaderos Judíos son los que nacen de madres judías, y eso sin importar quien sea el padre. Ese mandamiento dice así:
“Y no contraerán matrimonio con ellos: no les darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo; Porque él desviará a tu hijo de en pos de mí, y a causa de ellas, tus hijos servirán a dioses ajenos; y el furor del Eterno se encenderá sobre ustedes, y te destruirá presto (Deut 7:3-4).”
Entonces, si las 10 declaraciones no son los únicos mandamientos (Deut 5:36), ¿cuántos mandamientos hay en la Torá (la biblia)? Al contar todas las prohibiciones, pactos, decretos y ordenanzas obligatorias de toda la Torá encontramos un número de 613 mandamientos; aunque un gran número de estos son válidos solamente en Israel, y solamente cuando esté el Templo;
sin embargo, hay varias decenas de otros que se aplican en todo lugar y tiempo; hay 39 mandamientos que si se violan le causan la muerte no solamente al cuerpo humano, sino al alma misma, cortandola de su raíz.
Aun las diez declaraciones que se cuentan comúnmente como diez mandamientos, contienen más de diez mandamientos.
Todos aquellos que tratan de convencerse a símismo de que hay solamente 10 mandamientos se están engañando y si son líderes les están mintiendoles a los demás.
La realidad es que la Torá no es solamente para la aplicación personal de nuestras vidas, lo que se debe entender es que se trata de la constitución de la nación guiada por Dios. Conteniendo leyes o mandamientos para todo el desenvolvimiento del estado;
hay leyes de litigios, leyes o mandamientos contra la inmoralidad, leyes contra el crimen y decretos reales. Y todos esos estatutos o ordenanzas son mandamientos, los hay positivos y negativos.
Además, es muy importante saber que las leyes o mandamientos de la biblia no se aplican todos igualmente a todos los habitantes de la nación; cualquier persona inteligente debe de entender esa realidad;
hay leyes y mandamientos que se aplican sólo a sacerdotes Levitas (Los Cohanim) y a los policías; a los oficiales del estado, a los jueces y a los abogados; etc.
Pero hay más de cien mandamientos o leyes que se aplican a todo el mundo.
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