LECCIONES SOBRE LA LUCHA ENTRE LAS FUERZAS E IDEALES SUPERNALES CONTRA LAS FUERZAS NATURALES EN LA VIDA HUMANA
En la parashá de Vayishlaj, nos encontramos con el épico combate de lucha libre entre Jacob y un hombre misterioso. El Midrash nos dice que Jacob luchó con un ser espiritual, para ser más preciso luchó con un ángel que parecía a ser humano. Jacob vence a su adversario pero no sin sufrir una lesión física. Este hombre no identificado le ruega a Jacob que lo suelte, pero Jacob exige una bendición a cambio de hacerlo.
Una solicitud tan extraña para lo que parece ser un extraño atacante. La bendición que recibe Jacob lo impactará a él y a su descendencia para siempre. “Ya no se llamará su nombre Jacob, sino Israel, porque había luchado con Dios y el hombre y había vencido.”
Por lo tanto, el nombre de Jacob se cambia a Israel. La narración procede a afirmar que Jacob vio a Dios, cara a cara.
¿QÚE SIGNIFICA TODO ESTO?
1. LUCHANDO CON RASGOS CONFLICTIVOS EN NOSOTROS MISMOS
En el caso de Jacob, podemos ver la conexión entre su lucha con un hombre que también es un ser espiritual. La Torá establece que somos creados a “la imagen de Dios” ya que los seres humanos poseen atributos espirituales. La dicotomía de los impulsos físicos y espirituales del hombre es una fuente continua de lucha interior. Ser humano es estar en desacuerdo con las voluntades superiores e inferiores que compiten entre sí. Por más que lo intentemos, no siempre logramos tomar el camino más alto.
Asimismo, nuestros sabios nos dicen que el combate de lucha libre de Jacob con ese ser no identificado; aunque sí, se trató de una verdadera lucha física que se produjo, sin embargo, esto tambien representaba una lucha interna con su propia identidad. El luchó con la duda de sí mismo y los rasgos conflictivos dentro de sí mismo. ¿Estaba listo y capaz de asumir su papel como heredero espiritual de sus padres, Abraham e Isaac?
También luchamos con dudas y conflictos espirituales. ¿Alguna vez has luchado con tu identidad judía? ¿Estás listo y eres capaz de asumir un papel en la configuración del futuro judío? Si no, ¿podría ser debido a la falta de información precisa o de una mejor comprensión de lo que significa ser judío? ¿Enfrentas conflictos con tu sentido innato de lo que es correcto? ¿Cómo reaccionas cuando luchas con tus propias voluntades en competencia? ¿Cuántas veces has prevalecido?
Cualquiera que pueda relacionarse con estas preguntas puede, igualmente, identificarse con la experiencia de Jacob. La lucha de Jacob refleja la nuestra.
2. LUCHANDO CON LAS FUERZAS DE ESAÚ: EXTERMINIO Y ASIMILACIÓN
Rashi explica que el ángel que abordó Jacob era un ángel que representaba a su hermano Esaú. Los comentarios explican que esto presagiaría los futuros exilios del pueblo judío. A lo largo del desarrollo de la historia judía, hemos sido oprimidos por la mano de Esaú, que simboliza las naciones gentiles que se oponen al pueblo de Israel. Esta lucha finalmente llegará a su fin con el “amanecer”, la era de la Redención final.
El papel destructivo de Esaú ha tomado dos enfoques. El primero ha sido el exterminio físico a través de la opresión y la guerra. Aún más insidioso es el segundo acercamiento cuando Esaú parece reconciliarse con su hermano y le tiende la mano en señal de amistad. Esta táctica se esfuerza por atacar y diezmar al pueblo judío a través de la asimilación y los matrimonios mixtos.
Ambos métodos han dejado al pueblo judío herido y cojeando, de la misma manera que Jacob después de encontrarse con su oponente: el ángel que representaba a Esaú, su hermano.
La asimilación amenaza la continuidad judía. Pueden surgir preguntas desafiantes. Las respuestas poderosas, informadas y honestas a estas preguntas se vuelven cruciales para la supervivencia judía. ¿Cómo respondería a estas preguntas sinceras y frecuentes: ¿Por qué debo casarme con una persona judía? ¿Qué tiene de malo enamorarse de una persona no judía que comparte mis intereses, valores y es una buena persona?
3. LA LUCHA ENTRE UNO MISMO Y DIOS
Durante la lucha, el nombre de Jacob fue cambiado a “Israel”. Esta es la primera referencia de la Torá al nombre por el cual nuestro pueblo sería referido por todos los tiempos. ¿Cuál es el significado de esta lucha y el nombre emergente, Israel?
Como se señaló anteriormente, el nombre Israel significa “alguien que ha luchado con Dios y el hombre, y ha prevalecido”. El nombre expresa su esencia y potencial espiritual. El Zohar enseña que la lucha con el ángel vendría a expresar la lucha continua de Jacob y de cada judío entre uno mismo y Dios, entre el ego y el espíritu de uno. Simboliza la lucha victoriosa para sublimar nuestra voluntad a la voluntad de nuestro Creador.
Contender con Dios y el hombre a menudo inicia una búsqueda personal. Cada gran búsqueda comienza con una gran pregunta. ¿Qué es Dios y qué no es Dios? Continúa refinando y redefiniendo la percepción de uno. Así como has superado la ropa de tu infancia, también tu mente ha ampliado su capacidad de comprensión. Con mayor madurez se hace necesario reexaminar creencias que no han sido desarrolladas o aclaradas. ¿Qué necesita saber y creer el judío contemporáneo para vivir y prosperar como judío?
Para alcanzar o superar su potencial personal y espiritual, un judío necesita respuestas a preguntas fundamentales. ¿Por qué estoy aquí y cuál es mi propósito en la tierra? ¿Cómo logro yo ese propósito? ¿Qué me hace diferente?
4. Comunicarse con Dios a través de nuestros desafíos diarios
“Ver a Dios cara a cara” se puede entender, tanto de manera literal como figurativamente. Nuestros sabios nos enseñan que Dios se comunica con nosotros directamente a través de nuestros desafíos diarios. Las pruebas de la vida pueden ayudar a refinar nuestra capacidad para actualizar nuestro potencial interno. La adversidad puede verse como el vehículo a través del cual venimos a expandirnos y, por lo tanto, a superar nuestras limitaciones autopercibidas. Los tiempos difíciles finalmente pueden revelar nuestra grandeza interior. Sirven para elevarnos más allá de lo que pensábamos que éramos capaces de ser. Por el contrario, somos igualmente probados en tiempos de felicidad y éxito. Cuando las cosas van bien, ¿reconocemos la fuente de nuestra abundancia, o atribuimos con arrogancia nuestra buena fortuna únicamente a nuestros propios esfuerzos y habilidades?
Las pruebas de la vida son multidimensionales; nos elevan y pueden realzar nuestro punto de vista para acceder a los recursos internos latentes que todos poseemos. Sin embargo, los mejores criterios para evaluar una epifanía son sus efectos a largo plazo. ¿Cuánto perdura del impacto inicial? ¿Te ayuda a desarrollarte para convertirte en más de lo que eras?
Por lo tanto, “ver a Dios cara a cara” también es una metáfora que ilustra cómo la presencia de Dios se revela a lo largo de los detalles de la vida. Así como si tuviéramos que reconocer e identificar a alguien al ver su rostro, también deberíamos reconocer y ser conscientes de la presencia y participación de Dios en nuestros asuntos y encuentros diarios.
5. Unirse con compañeros judíos
Como se dijo anteriormente, la lucha judía incluye contender con el compañero judío. Muchos de nosotros hemos sido heridos por otros, ya sea emocionalmente, a través de palabras insultantes o llenas de odio o como resultado de su comportamiento inapropiado. La división aliena a nuestro pueblo. Al alejarnos unos de otros, nos volvemos contra nosotros mismos.
La unidad se expresa a través del amor al prójimo; es el barómetro de la salud física y espiritual de nuestro pueblo. Puede parecer casi imposible amar genuinamente a todos los judíos, especialmente a uno que es muy diferente a ti. Quizás el lugar para comenzar es simplemente tratar de relacionarse entre sí. Cuando despreciamos, o peor aún, ni siquiera nos preocupamos por otro judío, somos nosotros quienes infligimos dolor y daño.
Así como Jacob fue herido por el ángel que representaba a Esaú, nosotros también podemos herirnos a nosotros mismos a través de actos de cruel indignación.
6. Tu momento de la verdad: ¿Qué papel jugarás?
Independientemente de nuestras muchas diferencias, el nombre Israel expresa nuestra herencia e identidad comunes. Quienquiera que seas, independientemente de tu práctica religiosa o tus antecedentes, en algún momento puedes encontrarte inmerso en una lucha existencial. Ya sea que decidas reconocerlo o no, el Dios de Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, y Jacob, Lea y Raquel ha hecho un pacto eterno con el pueblo judío. Conocidos colectivamente como Israel, su destino en desarrollo te incluye a ti. ¿Qué papel jugarás? Independientemente de la crianza o la calidad de la educación judía, todos tenemos que tomar la decisión de convertirnos o no en judíos que funcionen de manera óptima. Un judío que funcione de manera óptima se esforzará continuamente por desarrollar una relación más profunda con Dios.
No estamos destinados a ser todos iguales. Es dentro de nuestra diversidad donde se puede lograr la mayor unidad. Cada judío posee el potencial para hacer una contribución única. El nombre Benei Israel, es decir los "hijos de Israel", continúa describiendo una nación que ha llegado a encarnar creencias dispares. Sin embargo, no importa qué tipo de judío seas y lo que profeses, el nombre de Israel describe tu esencia, ese santuario interior intangible donde resuena la lucha de Jacob. Te espera para activar la chispa que encenderá tu anhelo interior de prevalecer. Puedes luchar contigo mismo, con tus pensamientos y con lo que los demás esperan que crea.
Es posible que aún no haya experimentado tu propio "momento de la verdad". Y luego llega, ese momento decisivo en el que, como por sorpresa, te encuentras con algo o alguien con quien te ves obligado a luchar. Es posible que te encuentres lidiando con un dilema moral, una prueba de carácter, compromiso o identidad. Ha llegado el momento. A medida que te involucras en lo que se convertirá en una lucha por tu propia supervivencia, también lucharás contigo mismo.
Lucharás con tu creencia en Dios, o la falta de ella, y lucharás con las doctrinas y las filosofías de los hombres, lucharás con decisiones que afectan la moralidad y la vida de otras personas. Mientras tanto, te preguntarás si tienes la fuerza dentro de ti mismo para actualizar tu potencial espiritual. Justo cuando sufras lo que parece ser un golpe paralizante, reunirás toda la fortaleza interior que tienes. Te trascenderás a ti mismo y a tus limitaciones para vencer a este atacante. Entonces lo controlarás a él... y a ti mismo.
Porque lo que inicialmente parecía ser un “hombre real” les ha revelado su misión de superarlos espiritualmente. Pero en lugar de eso, has prevalecido, no permitiéndole tener éxito en infiltrarse en tus creencias fundamentales santificadas. A través de esta derrota, has generado tu propia bendición, una bendición que te has ganado en virtud de esta misma lucha.
El ángel ha probado tu fuerza fisica y tu tenacidad, el mismo temple del que estás hecho. En la lucha fuiste herido; sin embargo, has salido intacto, victorioso y fortalecido por tu nueva determinación. Has transformado las luchas y las creencias de tus antepasados judíos en las tuyas, en virtud de tu propia voluntad. Porque has luchado con Dios y con el hombre, y has vencido.
Al igual que tu antepasado Jacob, tu también eres un eslabón integral en una cadena eterna de guerreros espirituales. Su ADN espiritual te ha sido transmitido a ti. Nunca estas solo, solo necesitas activar tu voluntad interior y descubrirás la fuerza colectiva de las generaciones. El mismo derecho de nacimiento que una vez te pareció un mero accidente de nacimiento finalmente llegó a definirte.
HACERLO RELEVANTE
El nombre Israel significa “alguien que ha luchado con Dios y el hombre, y ha prevalecido”. Recuerda tus propias luchas personales con los demás y/o con tu creencia interna en Dios.
¿Cómo puedes superar la negatividad y las dudas mientras atraviesas experiencias difíciles en la vida? ¿Qué debes tener en cuenta?
¿Qué se puede quitar de las enseñanzas de la Torá sobre las personas que no se amargaron, sino que mejoraron, como resultado de las luchas?
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Adaptado del la publicacion: 6 Lecciones de la lucha de jacob con el ángel.
Por Katia Bolotín
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